En otra semana de subas heterogéneas, los contratos futuros de dólar se elevaron un 0,9% promedio. En tanto, los contratos hasta octubre cayeron entre 0,2% y 2,2%, los contratos “largos” subieron entre 0,8% y 5,5%. Este empinamiento en la curva puede explicarse porque a) mayores probabilidades de éxito en el plan “llegar” seguidos de una mayor corrección necesaria en el tipo de cambio o b) que las caídas en los contratos cortos se deban a la intervención del BCRA.
En favor del punto a, esta semana los volúmenes se normalizaron señalando que el Central habría dejado de intervenir el contrato de mayo. Con esto, el interés abierto al viernes es de 3,4 millones de contratos.
El ritmo de devaluación promedio continua en los dos dígitos y se encuentra en 10,6% mensual y 236% anualizado. Significativamente por encima del crawling cercano al 7,0% que mantiene el Central.
El contrato de mayo se encuentra en $242,1. Esto significa un ritmo de devaluación del 8,1% en el mes, por encima de lo esperado por el REM en 7.7%.
Por la caída en los contratos cortos esta semana la curva de tasas tuvo una ligera compresión de 70 pbs, dando una ligera tregua a la racha alcista que venían teniendo las tasas. Eso significa que la curva luce cada vez más empinada, con los contratos entre mayo y julio rindiendo tasas de entre 95% y 126% (TEA 159% y 200%), en tanto que a partir de agosto despegan a 183% (TEA 286%) hasta alcanzar un 216% (TEA 247%) en marzo 2024.