Los futuros rebotaron luego de varias semanas en picada y tuvieron fuertes subas en todos los contratos, salvo los de junio y julio. La suba era esperable, los contratos (en particular los más largos) estaban artificialmente baratos por la intervención del BCRA.
La curva marca una devaluación mensual promedio de 11,1% para 2023 y de 9,6% para lo que queda de junio. Hace una semana era de 10,0% mensual y 214% anualizado. Como referencia, en los últimos cinco días hábiles el crawling del A3500 mantuvo un ritmo de 7,4% mensual.
Así las cosas, la curva de contratos se amplió en 1.200 pbs y luce algo más empinada. Los contratos rinden 115% y 136% entre junio y julio, 159% y 165% entre agosto y noviembre, 182% y 194% desde diciembre en adelante.
En la semana vimos un volumen muy bajo y se operaron 2,3 millones de contratos, en línea con la media de mayo. Por su parte, el interés abierto alcanzó es de 3,5 millones de contratos, todavía bastante por debajo del máximo de 4,5 millones de contratos que se alcanzó a fin de mayo.