En la segunda semana de 2024, la devaluación se mantuvo al 2,0% mensualizado y los contratos cayeron 5,2% promedio. Las mayores caídas estuvieron en mayo (-7,2%), junio (-6,4%) y noviembre (-6,3%). 

La fuerte corrección se debió a la sorpresa a la baja en la inflación de diciembre, que fue de 25,5% contra el 30,0% que esperaba el mercado. Así, pierde fuerza la posibilidad de un segundo salto cambiario a mitad de año, y el gobierno gana aire gracias a la apreciación real. 

El contrato de enero cerró en $830 y marca una devaluación de 1,7% hasta fin de mes (2,8% mensualizada). Febrero cotiza en $866, por lo que mantiene una devaluación mensual baja de 6,1%. A partir de ahí los precios comienzan a reflejar crawling pegs superiores: 10,9% en marzo, 11,4% en abril y 9,3% en mayo. Finalmente, los precios señalan una devaluación de 7,6% promedio entre junio y noviembre.

La curva de tasas (TNA) muestra una pendiente positiva que se aplanó por el abaratamiento relativo de los contratos largos. El contrato de enero rinde TNA 34%, el de febrero TNA 46% y el de marzo TNA 82%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan progresivamente hasta alcanzar un máximo de TNA 133% en septiembre. 

El volumen operado sigue en mínimos: en la semana se comerciaron 1,2 millones de contratos. El interés abierto también continúa en mínimos desde principios de 2020: el viernes 5 de enero el interés abierto cerró en USD 1.234 M; una caída de 8% m/m y de 57% i.a.