La semana pasada el BCRA había aumentado por algunos pocos días el ritmo devaluatorio de 5 centavos a 8, significando esto una suba en términos anualizados del 22% al 38%. Sin embargo, esta semana volvió a reducirlo y devaluó en torno a 4 centavos diarios, finalizando como la semana con menor devaluación en todo el año (representando un ritmo anualizado del 17%).

Esta estrategia ya había sido usada por el BCRA en febrero: allí aumentó el ritmo devaluatorio durante la última semana del mes y, una vez en marzo, volvió a reducirlo. De esta manera, consiguió aumentar temporalmente las tasas implícitas de los contratos más cortos, encareciendo el costo de cobertura de los inversores para renovar sus contratos tras el cierre de mes (el BCRA, al ser el principal vendedor de estos contratos, obtiene ganancias de esta manera).

Las tasas implícitas de ROFEX para el período mayo-febrero se continuaron empinando durante esta semana, pasando del rango 32-50% al 29-50%. En resumen, los contratos preelectorales (mayo-octubre) operaron con pérdidas promedio del 0,5%, mientras que los poselectorales operaron casi neutros.

Si se compara la devaluación esperada por ROFEX (la cual contempla un riesgo asimétrico por parte del vendedor con respecto al comprador del contrato) contra la esperada en el mercado de bonos, podemos obtener cuál es la “prima de cobertura” que se abona al comprar un contrato de dólar futuro de ROFEX. Esta prima de cobertura finalizó la semana en 12,86%, el valor más alto en todo el año. Esta prima expresa que, si bien el escenario base se mantiene (la devaluación esperada implícita en bonos se mantiene en 35%) la probabilidad que el mercado asigna a un evento cambiario adverso ha aumentado.