El salto discreto de 22% en el A3500 no parece haber calmado el apetito cambiario. Los contratos futuros cerraron con una suba semanal promedio de 2,3%. Las principales alzas estuvieron en los contratos más largos: entre abril y julio los aumentos oscilaron entre 4% y 5%.

Los contratos de septiembre y octubre registraron caídas muy pequeñas. Sus precios se encuentran en $375 y $435, respectivamente, y el mercado sigue desconfiando sobre la capacidad del Gobierno de mantener fijo el tipo de cambio en $350. Otra forma de verlo es que señalan ritmos de devaluación mensuales de 7,1% y 15,7%, respectivamente, cuando este ritmo debería ser cercano al 0%.

Así, las curva de tasas sufrió una importante ampliación de 1.501pb. Los contratos agosto, septiembre y octubre rinden TNA 10%, TNA 74% y TNA 132% respectivamente.  En el resto de los contratos, el rango de tasas opera en un rango de entre TNA 200% y TNA 270% alcanzando su nivel máximo en diciembre de este año con TNA 270%.

Para esta semana esperamos algo más de calma. No se configura ningún catalizador de volatilidad en los próximos siete días: el FMI finalmente desembolsó los USD 7.500 M, el candidato Milei moderó su discurso económico y el Gobierno sigue contando con elevado poder de fuego para intervenir en futuros.