La devaluación se mantuvo al 2,0% mensualizado y los contratos cayeron 3,2% promedio. Las mayores caídas estuvieron en los contratos más largos: septiembre (–4,6%), octubre (–4,9%) y noviembre (–4,6%).

Con los bonos CER registrando fuertes bajas, la caída en la demanda por cobertura cambiaria parece explicarse por menores expectativas de inflación. Menor inflación implica menor apreciación cambiaria en términos reales y, por lo tanto, menor presión cambiaria.

El contrato de febrero cotiza en $857 y marca una devaluación directa del 4,1% (3,6% mensualizada). A partir de ahí, los precios comienzan a reflejar crawling pegs algo más elevados: 7,9% en marzo ($925); 14,4% en abril ($1.058), 9,6% en mayo ($1.160) y 8,8% en junio ($1.263). Finalmente, los precios señalan una devaluación de 7,0% promedio en el segundo semestre de 2024.

La curva de tasas (TNA) muestra una pendiente positiva que se aplanó por el abaratamiento relativo de los contratos largos. Enero rinde TNA 28%, febrero TNA 44%, marzo TNA 69% y abril TNA 109%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan progresivamente hasta alcanzar un máximo de TNA 138% en septiembre.

El volumen operado sigue en mínimos: en la semana se comerciaron 1,4 millones de contratos. El interés abierto también continúa en mínimos desde principios de 2020: El viernes 26 de enero el interés abierto cerró en USD 1.510 M; una caída de 0% m/m y de 54% i.a.