Los contratos futuros de dólar comienzan a despegar, alineándose con un clima de mayor desconfianza en lo que respecta a la política económica del país. Una de las consecuencias de este escenario es que el volumen operado aumentó casi 14% y el interés abierto escaló un 10,7%.

Por fuera de lo que son los contratos de junio y julio, las tasas implícitas mostraron un avance en torno al 5,3% (por encima del 3% de la semana anterior). 

Con un BCRA que aumenta el ritmo devaluatorio semanal de un 60% al 70% anualizado (en términos de TEA), el aumento de precios ya parece relacionarse más con un incremento de las expectativas devaluatorias que con un ajuste por la suba de tasas. 

La semana pasada conocimos que el BCRA redujo su posición vendida en futuros en unos USD 468 M durante mayo – de USD 2.556 M a USD 2.088 M – respecto a los valores informados en abril.

En relación a lo que descuenta el mercado en precios, podemos ver que la devaluación mensual esperada para agosto asciende al 6,3%, muy por encima de lo que muestran meses como julio (4,7%) y octubre (5,2%).