Ayer se dio a conocer, mediante anuncios oficiales de ambas partes, que Argentina y el FMI llegaron a un acuerdo a nivel staff sobre la extensión de facilidades del programa, por un monto de USD 45 mil millones. Los desembolsos se harán bajo 10 revisiones trimestrales, y los pagos por parte del Gobierno Nacional deberán realizarse entre 2026 y 2034. En dicho comunicado se sostiene:

  • Déficit fiscal de 2,5% en 2022, de 1,95% en 2023 y 0,9% en 2024.
  • Menor asistencia del BCRA al Tesoro: 1% del PBI en 2022, 0,6% del PBI en 2023 y cercano a 0% en 2024.
  • Inflación 2022 entre 38% y 48%. En 2023 se ubicaría entre 34% y 42% mientras que para 2025 - último año de vigencia de las políticas macroeconómicas consensuadas con el FMI- incluiría una suba de precios que tendría un alza de entre 29% y 37%.
  • Reducción de subsidios por 0,6% del PBI, particularmente en tarifas. La actualización de las tarifas de gas y electricidad se harán según los ingresos de la población (el 10% de mayores ingresos dejará de recibir subsidios y los beneficiarios de tarifa social tendrán aumentos con un tope del 40%).
  • Una estructura de tasas de interés reales positivas.
  • No se prevé una devaluación.
  • Sin reforma previsional.

La opinión que nos merece dicho acuerdo es que parece ambicioso considerando la situación macroeconómica actual. Por un lado, una inflación para 2022 de entre 38% y 48% parece muy optimista, teniendo en cuenta que el IPC viene marcando un alza mensual en torno al 4%.

En segundo lugar, la reducción de asistencias al Tesoro resulta desafiante, ya que el aumento de tasas de referencia que proponen funciona para generar una bola de pasivos aún mayor, que a la larga implica mayor emisión.

Tal como lo marca la ley local, el acuerdo deberá ser aprobado por el Congreso. El trámite parlamentario comenzará el lunes próximo en la Comisión de Presupuesto, donde se presentarán el Ministro Martín Guzmán, el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y el titular del Banco Central, Miguel Ángel Pesce. El martes será el turno de la CGT, la CTA, los movimientos sociales, las cámaras empresarias y el Grupo de los 6 (UIA, Camarco, CAC, Adeba, SRA y la Bolsa de Comercio). Los gobernadores también estarán invitados.

El próximo miércoles, a partir de las 10, sería el plenario de la comisión, donde el oficialismo intentará lograr un dictamen para que el proyecto pueda ser tratado en la sesión del jueves.

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Tarifas en la mira

De acuerdo al comunicado, el ajuste de tarifas se hará en base a la evolución de los salarios (CVS). Se establecen tres niveles de ajuste: i. beneficiarios de tarifa social, que percibirán un aumento equivalente al 40% de la variación del CVS, lo que implica un incremento de la tarifa del 21%, ii. los del “medio”, que recibirán un aumento equivalente al 80% de la variación del CVS, lo que implica un alza tope de 43% y iii) usuarios que dejarán de percibir subsidio alguno, por lo que el ajuste tarifario podría llegar hasta 190%. Así, las primeras estimaciones apuntan a un alza promedio de las tarifas a los consumidores en torno al 45% y 60%, que le aportaría 2 pp al alza del IPC.

Dado que en 2022 se aplicarán todos los aumentos definidos en el año calendario, restaría -aproximadamente- un 20% adicional al que ya se definió semanas atrás. La audiencia para definir el tramo restante -y, extrañamente, el 2023- se realizaría a fines de abril.  

La reacción del mercado

Las cotizaciones de los soberanos tuvieron una tímida respuesta a la noticia del acuerdo. Si bien las caídas que llevaban los bonos en la rueda hasta el momento del anunció se recortaron, la jornada apenas finalizó con una suba promedio de 0,22%. Los más favorecidos fueron los bonares, que cerraron con avances del 2% en el tramo largo. En este sentido, el riesgo país apenas retrocedió un 0,8%, ubicándose en las 1.851 unidades.

En el segmento pesos, los CER continuaron avanzando a toda marcha, con incrementos en torno al 1%, siendo los más destacados el T2X3 (+1,85%, -0,3 de TIR) y el T2X4 (+3,24%, 0,9% de TIR).

La otra curva que también viene ganando terreno en el marco del acuerdo es la de instrumentos que ajustan en base a la tasa Badlar. Esto responde a que, si se mantiene la actualización al alza de las tasas de referencia, las TIR de los bonos en cuestión deberían mejorar, y ubicarse próximos a los niveles estimados de inflación propios (60%). Hoy los rendimientos de la curva Badlar promedian el 53% y, de cara al futuro, nos resultan atractivos el TB23 y el BDC24.

Por último, los tipos de cambios se mostraron prácticamente sin variaciones, con el MEP cerrando en $196,82 (-0,01%) y el CCL en $201,42 (-0,4%).

Otra noticia de último momento, y en línea con las posibles demandas del Fondo, fue el levantamiento de la RG 911 y 907, que imponía una suma máxima semanal de bonos (ley Argentina) permitidos para liquidar contra MEP y, a su vez, la restricción de no operar por un mes ley extranjera contra MEP en caso de haber vendido bonos ley nacional contra MEP.

Tibia reacción en renta variable

En renta variable, la reacción no fue muy distinta a lo que aconteció con los bonos, aunque el porcentaje de subas fue mayor. En la jornada, el Merval avanzó 1,5% (1,1% en USD), con ALUA (+5,4%), CRES (+6,6%) y TGSU2 (5,9%) dentro de las principales alzas.

Los papeles que mayores avances registraron fueron acciones que reaccionaron más al contexto global de valorización de commodities y energía que al acuerdo con el FMI.

Con las acciones que cotizan en NY, la situación tampoco fue diferente, ya que subieron 0,45% en un marco en el que los principales índices de EE.UU cerraron en terreno negativo. Las mayores subas también fueron de CRESY y TGS.