El día martes, el BCRA anunció su posición vendida en contratos de dólar futuro a fin de octubre, que fue de USD 3.600 M (considerando tanto MAE como ROFEX). Este valor sorprendió, puesto que septiembre había finalizado en USD 1.770 M y el interés abierto (cantidad de contratos vigentes en el mercado) en octubre había subido solo USD 1.240 M. Esto significa que, durante octubre, no solo el BCRA fue prácticamente el único vendedor de dólar futuro, sino que, además, le dio salida a vendedores que estuvieron cerrando posiciones.

En lo que va de noviembre, el interés abierto ya subió cerca de USD 2.600 M, por lo que estimamos que la posición vendida del BCRA sería de mínima USD 6.200 M. Sin embargo, si proyectamos la tendencia de octubre (BCRA vendiendo más que la suba del interés abierto), sería de USD 6.700 M. Considerando que entre el 90% y el 100% de los contratos vendidos de MAE son del BCRA, vemos que el margen que aún tiene el BCRA para intervenir en ROFEX está entre 100 y 700 millones de USD, un valor muy bajo.

Para quienes busquen cobertura, recordamos que, históricamente, en momentos de cepo cambiario o de curva empinada -como el actual- suele ser mucho más rentable la estrategia de cubrirse a corto y renovar. Dada la proximidad del vencimiento de noviembre, recomendamos asignar 2/3 al contrato de dólar futuro diciembre y 1/3 al contrato de febrero.


Ajustan los dollar linked, pero no el CCL

Desde las elecciones, se rompió una correlación que se venía dando entre el bono dollar linked TV22 y el dólar CCL libre, dos activos que venían performando similar y reflejando la búsqueda de cobertura del inversor.

Comparando con el viernes previo a las PASO, los dollar linked tuvieron caídas promedio del 4%, mientras que el dólar CCL@GGAL subió cerca de 2%. Creemos que este desfasaje se debe a dos motivos:

1) Temores de un desdoblamiento cambiario, versión que tomó relevancia en los últimos días y perjudicaría a los activos que ajustan por el dólar A3500 (aunque nosotros no asignamos muchas chances a este escenario).

2) El hecho de que el BCRA sostuvo un ritmo devaluatorio muy bajo poselecciones y se descartó el escenario de un ajuste inmediato, el cual, si bien se consideraba poco probable, estaba presente.