El contexto actual viene marcado por el conflicto geopolítico que está afectando al este de Europa, ante la posible invasión de Rusia sobre Ucrania. Luego de que tanto Estados Unidos -así como también varios países europeos- hayan intentado intervenir para aminorar el conflicto, los mercados se encuentran a la espera de que esta semana ocurra la invasión por parte del gobierno de Vladimir Putin.

Este conflicto tiene su origen hace más de 30 años, cuando al disolverse la Unión Soviética en 1991 varios de sus territorios, entre ellos Ucrania, decidieron nombrarse como repúblicas independientes. Sin embargo, el principal inconveniente surge cuando Ucrania comienza a entablar relaciones con Europa occidental, y se decide agregar al país como miembro formal de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Esta organización tiene entre sus principales aliados a Estados Unidos, Francia, Reino Unidos y Canadá -entre otros-, por lo que la adhesión de Ucrania haría perder la influencia directa de Rusia sobre este país.  

En 2014, esta rivalidad alcanzó su punto más crítico cuando Rusia invadió Ucrania y tomó la región de Crimea, punto estratégico que le dio a Rusia acceso al Mar Negro, lo que culminó en sanciones económicas y protestas internacionales con pedidos de devolución de ese territorio. Sin embargo, el gobierno de Vladimir Putin sostiene que esta región pertenece al ex país soviético y no será devuelta.

En las últimas semanas, la tensión se ha disparado con la movilización por parte de Rusia de más de 100.000 soldados hacia la frontera con Ucrania, gracias al acercamiento que ha mantenido este país con la OTAN y su proyecto de adherirse a esta organización. Sumado a esto, en los últimos días varios países miembros de la OTAN han pedido a sus habitantes que se retiren del territorio ucraniano, ya que Rusia se encuentra en condiciones de iniciar la invasión en un futuro cercano.

En caso de ocurrir la intervención rusa, la mayor preocupación es la interrupción que podría darse tanto en las exportaciones de crudo como en las de gas natural, por ser este uno de los principales productores. Esto presionaría el precio de ambos commodities, que ya acumulan una suba interanual de 54% por parte del petróleo y de 35,7% por parte del gas natural, este último avanzando casi un 6% durante la última jornada.

Cabe destacar que las sanciones económicas que se le aplicarían a Rusia también tendrían impacto directo en los precios de la energía. La principal preocupación a lo largo del mundo es que esta suba dificultaría controlar la inflación que están sufriendo varios países, ya que los precios se verían impulsados por la suba del petróleo, lo que podría desacelerar el ritmo de la actividad económica global. Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), estas tensiones geopolíticas ponen en peligro no sólo el suministro de energía, sino también el comercio internacional y la cooperación política mundial. 

Este contexto azotó tanto a las bolsas europeas como a las asiáticas, que en el día de hoy operan con bajas promedio de 3%, ante la noticia de que Rusia podría lanzar la intervención esta semana. De esta forma, tanto Europa (ETF EZU) como Asia (EWJ) marcan caídas de 2% y 0,5% en lo que va de febrero, y acumulan bajas de 5% y 4% respectivamente para todo el 2022.