Los mercados globales cerraron en rojo en una jornada marcada por la toma de ganancias en tecnológicas y la creciente preocupación fiscal en EE. UU., lo que impulsó una fuerte suba en las tasas largas del Tesoro y fortaleció al dólar a nivel global. Mientras tanto, el oro alcanzó un nuevo máximo histórico como refugio, el petróleo extendió ganancias ante mayores riesgos geopolíticos y la soja retrocedió presionada por tensiones comerciales y perspectivas de una cosecha abundante. En lo macro, el ISM manufacturero mostró señales de debilidad, reforzando el impacto de los aranceles sobre la actividad.

Las acciones cerraron con una marcada baja el martes, siguiendo la caída de los mercados globales en medio de renovadas preocupaciones sobre una sobrevaloración del sector tecnológico y el contexto fiscal. El S&P 500 y el Nasdaq 100 cedieron en torno al 1%, en tanto que el Dow Jones perdió 0,7%. Nvidia y Qualcomm cayeron entre 2,5% y 3,0%. Por su parte, Kraft Heinz se desplomó 7,1% tras anunciar que se dividirá en dos compañías. Asimismo, Constellation Brands retrocedió 7,0% después de recortar su guía de resultados. En Europa y Japón las pérdidas fueron de 1,5% y 0,3%, respectivamente, al tiempo que los mercados emergentes retrocedieron 0,3%, con China subiendo 0,1% y Brasil bajando 1,3%.

A pesar de las altas probabilidades de un recorte de 25 pb en la tasa este mes por parte de la Fed, los bonos del Tesoro operaron con alzas generalizadas en las tasas de interés. La UST2Y subió 2 pb hasta 3,66%, mientras que la UST10Y y la UST30Y avanzaron 6 pb hasta 4,28% y 4,98%, respectivamente. El impacto fue mayor en el tramo largo, debido a la preocupación fiscal y el riesgo de una inflación persistente. Con esto, el índice de bonos del Tesoro retrocedió 0,6%, generando un efecto negativo aún más fuerte en los bonos de mercados emergentes (-1,0%), Investment Grade (-0,7%) y High Yield (-0,7%).

Con la marcada suba en los rendimientos de los bonos, el dólar se fortaleció a nivel global. El DXY avanzó 0,6% y cerró en 98,36, impulsado por la caída del euro y la libra en 0,6% y 1,2%, respectivamente, y una ganancia de 0,8% frente al yen. Así, acumula en el año una baja de 9,3%. En Brasil, la divisa estadounidense subió 0,4% hasta USDBRL 5,46, con una caída acumulada de 11,5% en 2025. Al igual que el dólar, el oro también registró un alza de 1,6%, alcanzando un nuevo máximo histórico de USD 3.531 la onza. La demanda de refugio del metal precioso se sostiene ante las persistentes dudas sobre la independencia de la Fed y la incertidumbre respecto de los aranceles de Trump. La legalidad del despido de la gobernadora de la Fed, Cook, por parte de Trump sigue en disputa, luego de una audiencia el viernes que concluyó sin fallo sobre si bloquear temporalmente la destitución. Al mismo tiempo, un tribunal de apelaciones de EE.UU. dictaminó que la mayoría de los aranceles de Trump son ilegales, aunque permitió que sigan en vigor hasta el 14 de octubre para dar lugar a nuevas apelaciones.

En commodities, el petróleo WTI aumentó 2,5% hasta USD 65,6 por barril a raíz del creciente conflicto entre Rusia y Ucrania, que podría seguir interrumpiendo la oferta de crudo ruso. En las últimas semanas, ambas naciones intensificaron ataques aéreos, en los que Ucrania habría inhabilitado instalaciones que representan al menos el 1% de la capacidad de refinación de Rusia. Además, el buen dato de actividad manufacturera de China generó expectativa de mayor demanda global, lo que también respaldó la suba del crudo. En tanto, la soja bajó 1,1% y cerró en USD 377 la tonelada, afectada por tensiones comerciales con China, mejores pronósticos de lluvias en el Medio Oeste y expectativas de cosecha récord. La falta de compras chinas y la ausencia de avances en el acuerdo comercial EE.UU.–China presionaron aún más los precios, mientras que la amplia oferta global y factores geopolíticos continúan debilitando al mercado.

En la noticia económica del día, el ISM Manufacturero de EE.UU. subió a 48,7 en agosto, aunque se mantiene en contracción por sexto mes consecutivo. La caída en producción y empleo fue parcialmente compensada por un repunte en nuevos pedidos, en tanto que los precios de insumos continúan elevados. Los encuestados señalaron que los aranceles afectan los costos, la competitividad y las cadenas de suministro.