El dato de inflación minorista de junio en EE. UU. fue inferior a lo esperado, confirmando la desaceleración observada en los dos meses anteriores. Esto elevó las expectativas de que la Fed podría bajar la tasa de referencia en la reunión de septiembre, lo que impulsó a los bonos y debilitó al dólar frente a las principales monedas, además de llevar al oro a un nuevo récord. El dato tuvo un efecto inverso en la renta variable, provocando un sell-off de acciones de las megacaps que arrastraron a la baja a los principales índices, a pesar de que los papeles de sectores tradicionales aprovecharon la expectativa de tasas de interés más bajas.

Concretamente, el IPC de EE. UU. volvió a sorprender positivamente al marcar en junio una caída de 0,1% m/m, la primera desde mayo de 2020, mientras que el consenso de mercado esperaba un alza de 0,1%. Con este resultado, en los últimos doce meses acumuló un alza de 3,0% y de 3% i.a., 3 pb menos que en mayo y la más baja en un año. La caída mensual estuvo explicada por los precios de la energía y transporte que en el mes bajaron 2,0% m/m y 0,5% m/m, respectivamente, mientras que los precios de vivienda, que venían marcando un alza promedio mensual de 0,4%, solo subieron 0,2% m/m. El IPC Core también sorprendió con una suba de apenas 0,1% m/m, el menor aumento desde febrero de 2021, acumulando en el último año un incremento de 3,3%, la más baja en tres años.

En cuanto al mercado laboral, las peticiones iniciales por desempleo de la primera semana de julio bajaron a 222 mil, contra 239 mil de la semana anterior, siendo el número más bajo de las últimas cinco semanas. Esto refleja que el mercado laboral sigue mostrando una buena performance.

En este contexto, si bien no se esperan movimientos de la Fed en la reunión del 31 de julio, la probabilidad de una baja de 25 pb en la reunión del 18 de septiembre subió a 86%, 10 pb más que el día anterior. Esto impulsó a los bonos del Tesoro, y los rendimientos bajaron al nivel más bajo en tres meses: la UST2Y bajó 13 pb hasta 4,50%, mientras que la USDT10Y bajó 8 pb y cerró en 4,20%. La onda expansiva llegó a todos los índices de renta fija que anotaron un alza promedio de 0,6%. El impacto también afectó al dólar, que se debilitó contra las principales monedas, bajando el índice DXY 0,6%. La mayor caída fue contra el yen, cerrando en JPY159, y retrocediendo al nivel de un mes atrás, mientras que el oro subió 1,9% y cerró en USD 2.416 la onza.

Para la renta variable, fue una jornada opuesta a lo que se venía viendo a lo largo del año, ya que las acciones de las megacaps sufrieron fuertes pérdidas: Nvidia -4%, Amazon -2,8%, Google -2,4%, Microsoft -2,5%, Apple -2,1%, y Tesla, la más castigada, con un derrumbe de -7,1%. Por otro lado, los papeles de los sectores tradicionales operaron al alza. Con todo esto, el S&P 500 y el Nasdaq terminaron la rueda con caídas de 0,7% y 2,0%, respectivamente, mientras que el Dow Jones subió 0,1%.

El buen dato de inflación en EE. UU. impulsó a los mercados globales. El índice global de acciones, excluyendo EE. UU., subió un 0,4%, con ganancias generalizadas en varios países. Destacó la bolsa de China, que tuvo una subida del 1,9%. También fue una buena jornada para los bonos emergentes, que subieron un 0,6%.