El PMI compuesto global de EE. UU. del S&P subió a 54,4 en comparación con 51,3 en abril, marcando el nivel más alto desde abril de 2022 y superando las expectativas del mercado de 51,1, según datos preliminares. El sector servicios impulsó la recuperación con un PMI de 54,8, mostrando el mayor crecimiento de la producción en un año, mientras que el sector manufacturero también experimentó un fuerte crecimiento con un PMI de 50,9. Por su parte, el índice de actividad nacional de la Reserva Federal de Chicago cayó a -0,23 en abril, el nivel más bajo en tres meses, en comparación con un -0,04 revisado a la baja en marzo. Además, las ventas de casas nuevas unifamiliares disminuyeron un 4,7% m/m a una tasa anualizada desestacionalizada de 634.000 en abril de 2024. Esta reducción se explica porque los altos precios y el nivel de las tasas hipotecarias afectaron la asequibilidad de los compradores. 

Ante este escenario, las acciones en Estados Unidos tuvieron una jornada a la baja con el Dow Jones cediendo 1,5%, y el S&P 500 y el Nasdaq retrocediendo desde máximos históricos, cayendo un 0,8% y un 0,6%, respectivamente. El mercado se vio afectado ya que estos buenos datos de actividad, junto con una inflación persistente, reforzó la especulación de que la Fed mantendrá las tasas sin cambios por más tiempo, lo que elevará los rendimientos de los bonos del Tesoro. 

Todas las mega capitalizaciones cayeron, excepto Nvidia, que subió más del 9%, aumentando su precio por encima de los USD 1.000 por primera vez en la historia. Las ganancias y los ingresos de la compañía superaron las estimaciones en medio de una sólida demanda de chips de IA y también anunció un sólido pronóstico de ventas y un split de acciones de 10 por 1. Por otro lado, las acciones de Boeing cayeron alrededor de un 6% después de que el director financiero pronosticara un flujo de caja libre negativo y ninguna recuperación en las entregas de aviones en el segundo trimestre, citando desafíos de producción en curso.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro también se vieron presionados con la UST10Y subiendo hasta el nivel del 4,47%, ampliando su repunte desde el mínimo de un mes del 4,35% registrado el 15 de mayo. La UST2Y avanzó 6 pb y terminó en 4,93%. Con esto los bonos tuvieron una jornada a la baja con caídas del 0,4% siendo los emergentes los más perjudicados con un -0,7%. Por ahora sólo el 55% del mercado está posicionado para un recorte de tasas en septiembre, en comparación con el 75% de la semana pasada, mientras que los inversores están divididos en términos generales entre uno y dos recortes este año.

También el índice dólar (DXY) subió 0,2% en la jornada y acumula un alza del 0,6% semanal, tras los datos económicos. Se fortaleció frente al euro y la libra un 0,2%. En el lado opuesto, el oro perdió 1,9% hasta los USD 2.333 la onza.

En el mercado laboral, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo cayó hasta 215.000, en la semana, por debajo de las expectativas del mercado (220.000). El recuento de solicitudes estuvo considerablemente por debajo de los niveles elevados de principios de mes, pero se mantuvo firmemente por encima de los promedios de febrero a abril para consolidar el impulso más débil en el mercado laboral estadounidense. 

Referido a la eurozona, el PMI compuesto del HCOB aumentó a 52,3 en mayo (vs. 51,7 previo), el nivel más alto en un año y superando las previsiones de 52, según mostraron las estimaciones preliminares. El crecimiento siguió centrándose en el sector de servicios (se mantuvo en 53,3 ), pero la producción manufacturera se acercó a la estabilización (47,4 frente a 45,7), cayendo sólo marginalmente y en menor medida en el actual período de 14 meses de contracción. Además, la confianza del consumidor en la zona del euro aumentó hasta -14,3 en mayo (vs. -14,7 previo), rondando su nivel más alto desde febrero de 2022, impulsado en parte por las expectativas de recortes de tipos a corto plazo por parte del BCE. 

La tasa de inflación en Japón fue del 0,2% m/m en abril (igual que en marzo), lo que derivó en 2,5% i.a. (desde el 2,7% previo). Por su parte, la tasa de inflación subyacente cayó al 2,2% i.a. (vs. 2,6% previo), igualando las previsiones del mercado y apuntando a la lectura más baja desde enero.