Luego de una semana con importantes subas que llevaron a los principales índices bursátiles americanos a alcanzar nuevos récords, la semana comenzó con una fuerte caída de las acciones tecnológicas, poniendo en jaque al principal motor de la renta variable de los últimos años. Esto se debió a que la startup china DeepSeek presentó un modelo de IA que puede ejecutarse con chips menos avanzados pero más económicos, constituyendo una seria amenaza para las tecnológicas americanas que lideran el mercado. El Nasdaq se hundió 2,9%, arrastrado por el desplome de acciones de empresas como Constellation Energy –que posee la mayor central nuclear de EE. UU. y representa parte de la apuesta del sector para electrificar los centros de datos con energía "renovable"–, que se derrumbó un 20,8%; y Nvidia –líder indiscutida de IA–, que cayó 17%, lo que implicó una pérdida de casi USD 600.000 M de capitalización en un solo día, un récord histórico. Otras dos firmas de chips sufrieron aún más: Marvell Technology perdió un 19,11% y Broadcom retrocedió un 17,4%. Por su parte, el S&P 500 cayó un 1,5%, mientras que el Dow Jones se diferenció del resto y avanzó un 0,7%.
En este marco de mayor incertidumbre, los bonos del Tesoro actuaron como reserva de valor, y los rendimientos cayeron en todos los tramos. La UST10Y bajó 10 pb, hasta 4,53%, y la UST2Y cerró en 4,20%, 7 pb por debajo del viernes. Esto permitió que la renta fija tenga un desempeño positivo, impulsada por los bonos del Tesoro, que tuvieron la mejor jornada del año con un alza promedio de 0,5%, y los corporativos Investment Grade, que ganaron un 0,7%. Por su parte, los High Yield y emergentes subieron apenas un 0,1% y un 0,3%, respectivamente.
El mal clima financiero también golpeó a los commodities, que registraron caídas generalizadas. La cotización del petróleo WTI retrocedió un 2,1%, hasta USD 73 por barril, ante la perspectiva de menor demanda energética; el cobre perdió un 1,9%; y la soja cayó un 1,0%, cerrando en USD 384 por tonelada. La onda expansiva alcanzó incluso al oro, que retrocedió un 1,26%, hasta USD 2.744 la onza.