El escenario internacional continúa reflejando la incertidumbre que mantienen los inversores ante una posible recesión global. Frente a este contexto, miembros de la FED volvieron a defender una postura agresiva que tiene como objetivo controlar la inflación a pesar de los efectos que esto tendría sobre la economía local. Los comentarios volvieron a impulsar a la moneda norteamericana, ubicándola como uno de los principales ganadores del día luego de que el índice DXY alcance su máximo valor de los últimos 20 años.  

Por su parte, el gobierno de Reino Unido liderado por la nueva primera ministra Liz Truss anunció un recorte de impuestos a pesar de la política contractiva que mantiene el Banco Central inglés. La entidad viene marcando una fuerte suba de tasas (2% en lo que va del año) para disminuir la inflación histórica del país, lo que muestra un choque de conflictos respecto al Estado que anunció una política fiscal más expansiva. Ante este contexto, la libra esterlina se desplomó marcando así un mínimo histórico de la moneda frente al dólar, a pesar de que miembros del BOE indicaron que harían lo necesario para sostener a la libra. 

A esto se le sumó el debilitamiento del euro frente al dólar, lo que llevó a que la moneda europea marque su menor valor de los últimos 20 años. El conflicto geopolítico se suma a la escasez de energía y a la aversión al riesgo que los mercados mantienen sobre el continente europeo, lo que concluye en un movimiento de capital hacia la moneda norteamericana. 

El fortalecimiento de la moneda norteamericana presiona a los activos de mayor riesgo, llevando así a los mercados de renta variable a iniciar la primera jornada de la semana en negativo. Concretamente, el Dow Jones marcó el mayor retroceso (-1,1%), seguido por el S&P (-1%) y el Nasdaq (-0,5%).  De los 11 sectores que componen al S&P sólo el de consumo discrecional terminó con una moderada suba (0,1%). Entre los restantes, el real estate (-2,7%) y el energético (-2,5%) marcaron las mayores pérdidas diarias. 

Respecto a los commodities, las proyecciones de recesión afectaron a la demanda energética haciendo retroceder al WTI un 3,2%, lo que terminó impactando negativamente en el sector. Por su parte, el oro también se vio golpeado por la fortaleza de la moneda norteamericana, cayendo así un 1,4%. 

Por su parte, el escenario hawkish a nivel global volvió a impactar en la curva de bonos del tesoro al marcar subas en todos sus tramos. La USD 2 YR, que es más sensible a la suba de tasas, cerró en 4,3% luego de marcar el máximo valor de los últimos 15 años. Por su parte, la USD 10 YR también se vio afectada por menores expectativas de crecimiento a largo plazo, lo que la hizo avanzar 20 pb hasta 3,9%, su máximo nivel desde 2010.