Luego de siete jornadas a la baja, los mercados norteamericanos lograron cerrar el día alcista, con el Nasdaq (2%) marcando la mayor suba seguido por el S&P (1,8%) y el Dow Jones (1,3%).

Después de la fuerte suba que marcaron los rendimientos del tesoro el martes, ayer se impulsó nuevamente la demanda sobre estos activos, lo que hizo retroceder al tramo medio y largo de la curva mientras que el corto volvió a avanzar.  Esto llevó a aumentar el spread entre la USD 10 YR, que cerró en 3,35%, y la USD2YR, que se ubicó en 3,44%. Estos movimientos muestran que los mercados aún pronostican un escenario inflacionario latente para el corto plazo mientras que proyectan una desaceleración económica más marcada para el largo plazo.

La caída en los retornos del tesoro demostró una menor aversión al riesgo que favoreció a 10 de los 11 sectores que componen al S&P. Los sectores de utilidades y de consumo discrecional marcaron las mayores subas del día con 3,1% mientras que el único detractor de la jornada fue el sector energético al retroceder un 1,2%. Cabe destacar el buen rendimiento que viene marcando el sector de utilidades siendo el mayor ganador de la última semana (3,8%).

Respecto a los commodities, el petróleo marcó un fuerte retroceso en la jornada de ayer (5,1%) afectado principalmente por los escenarios de Europa y China. A pesar del mayor optimismo en el mercado norteamericano, la preocupación respecto a la crisis energética en Europa y el aumento de los contagios en China terminó impactando negativamente en la demanda del commodity. De esta manera, el crudo ya marca una caída de 8,5% en la última semana volviendo a acercarse a los USD 80. 

A pesar de esta mejora en los índices la mira continúa estando en los comentarios de miembros de la FED respecto a la suba de tasas de septiembre. Los mercados se mantendrán expectantes ante las nuevas declaraciones de Jerome Powell el jueves, donde podría dar mayores indicios de la magnitud de la suba de tasas. 

Mientras que esto mantiene al dólar en niveles récord respecto a las monedas restantes, el yen japonés fue el más afectado en la jornada de ayer al alcanzar el mínimo de los últimos 25 años respecto a la moneda norteamericana. La falta de respuesta ante el escenario actual por parte del Banco Central Japonés llevó a la moneda a marcar una fuerte caída en los últimos meses, acumulando así un aumento de la relación USD/YEN de 24,9% en lo que va del año. Ante este nuevo récord, se espera que la entidad japonesa modere su política no intervencionista, especialmente porque mantiene tasas nominales negativas de 0,1% desde el año 2016. Este quiebre en la moneda lleva a considerar que el yen podría dejar de considerarse reserva de valor en un escenario donde el dólar continúa reforzándose producto de la política monetaria agresiva de la FED. La moneda japonesa tenía la característica de moneda refugio ante escenarios contractivos como el actual producto de la estabilidad de la economía del país y su control ante contextos inflacionarios. Sin embargo, esta caída, tanto contra el dólar como contra el euro (6%), muestra que los mercados están castigando actualmente a los Bancos Centrales que no ajustan sus políticas ante la desaceleración global.