El miércoles se difundieron los resultados de la encuesta de creación de empleo privado en EE. UU. Según los datos del ADP Research Institute, en julio se crearon 324.000 puestos de trabajo, cifra considerablemente superior a los 189.000 que estimaba el consenso de los analistas. Los únicos sectores en los que se destruyó empleo neto en julio fueron la construcción – con una pérdida de 36.000 empleos, siendo la quinta caída consecutiva– y servicios financieros, con una pérdida de 5.000 empleos. Por otro lado, las mayores ganancias se registraron en el ocio y servicios de alojamiento, sumando 201.000 empleos. Si bien la creación de empleo fue menor a los 497.000 informados en junio, el dato, mayor al esperado, muestra la resistencia del mercado laboral a la política monetaria contractiva impulsada por la Fed.

Según datos de la Asociación de Banqueros Hipotecarios (MBA), las tasas hipotecarias de Estados Unidos aumentaron la semana pasada, lo que frenó la demanda de quienes buscan comprar una vivienda. La tasa de contratos para un crédito hipotecario fijo a 30 años aumentó 6 pb a 6,93%. Esto provocó que el índice de las solicitudes de compra de viviendas cayera un -3%, al nivel más bajo en casi dos meses, arrastrando a la baja el indicador general de solicitudes.

Los inventarios de crudo de EE. UU. cayeron 15,4 M de barriles en la semana que finalizó el 28 de julio, en comparación con las estimaciones de los analistas de una caída de 1,37 M de barriles. Esto marca la mayor caída en los inventarios de crudo del país según los registros que datan de 1982. Los inventarios de petróleo crudo también han comenzado a caer en otras regiones a medida que la demanda supera la oferta, la cual se ha visto limitada por los profundos recortes de producción de Arabia Saudita.

Por otro lado, debido al reciente conflicto para elevar el techo de la deuda y al deterioro fiscal esperado para los próximos tres años, la agencia Fitch Ratings redujo la calificación de la deuda norteamericana desde AAA a AA+. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, declaró que esta decisión está basada en datos obsoletos y es desconcertante e injustificada, dado que ignora la fortaleza que muestran los principales indicadores económicos.

Los índices de renta variable reaccionaron de forma negativa a estas noticias y cerraron la rueda del miércoles con pérdidas. Con los sectores de Tecnología (-2,5%), Comunicaciones (-1,9%) y Consumo Discrecional (-1,8%) como los más castigados, el S&P 500 cedió un 1,4% hasta los 4.513 puntos. Por su parte, el Nasdaq, afectado por el desempeño de AMD (-7%), Nvidia (-4,8%) y Adobe (-3,4%), cayó un 2,2%, mientras que el Dow Jones perdió un 1%. El VIX, índice que mide el nivel de volatilidad en el mercado, se incrementó un 15,5%, registrando su mayor subida diaria desde marzo de este año.

Asimismo, los rendimientos de los títulos de renta fija emitidos por el Tesoro estadounidense finalizaron la jornada de manera mixta. La tasa a 10 años se incrementó 4 pb hasta el 4,09% –su máximo desde noviembre de 2022–, mientras que la tasa a 2 años cayó 2 pb, situándose en el 4,89%. En promedio, los precios de los bonos High Yield retrocedieron un 0,4% y los de los activos Investment Grade un 0,3%. Por otro lado, el US Dollar Index avanzó un 0,3% y cotiza a 102,6, cerca de su máximo del último mes.

En lo que respecta a los commodities, la soja se negoció a USD 525 por tonelada en el mercado de Chicago, registrando una baja del 1,1% respecto del cierre anterior. Por su parte, el petróleo sufrió su mayor caída diaria en más de un mes y cayó un 2,3%, hasta los USD 79,5 por barril, mientras que el oro cedió un 0,5% y cotiza a USD 1.933 por onza.

En Brasil, por primera vez en tres años y en medio de las tensiones con el gobierno, el BCB recortó 0,5% la tasa SELIC, llevando la tasa de referencia al 13,25% anual. Esta reducción supera las estimaciones del consenso, que proyectaban una disminución del 0,25%. En el comunicado, el comité explicó que, ante las señales de desaceleración en la inflación, se alcanzó la confianza necesaria para impulsar un ciclo gradual de flexibilización de las condiciones crediticias.