La incertidumbre comercial y los cambios en la política arancelaria de la administración Trump volvieron a generar volatilidad y desconcierto. Los inversores esperaban un alivio después de que la Casa Blanca anunciara un retraso de un mes en los aranceles sobre algunos productos mexicanos y canadienses, pero el sentimiento del mercado siguió siendo frágil. El respaldo del secretario del Tesoro, Scott Bessent, a los aranceles generó preocupaciones sobre la postura comercial a largo plazo de la administración, lo que inquietó aún más a Wall Street. Mientras tanto, los datos semanales de solicitudes de desempleo mostraron una disminución, pero persistieron los temores de desaceleración del crecimiento económico y una posible estanflación.
En este contexto, las acciones estadounidenses volvieron a tener una jornada con fuertes caídas. El S&P 500 cayó un 1,8%, el Nasdaq 2,8% –ambos alcanzaron su nivel más bajo desde noviembre– y el Dow Jones 1,1%. Las acciones tecnológicas lideraron la caída, con Marvell Technology hundiéndose un 19,8% después de un decepcionante pronóstico de ventas impulsado por la IA, arrastrando a Nvidia (-5,7%), Broadcom (-6,3%) y AMD (-2,8%).
Por otro lado, los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron con una ligera suba, especialmente en el tramo largo. La UST2Y cerró en 3,96%, mientras que la UST10Y avanzó 2 pp hasta 4,28%, rebotando desde el mínimo en cuatro meses que había tocado el lunes. Con esto, los índices de renta fija promediaron una caída de 0,1%, aunque con los bonos de peor calidad siendo los más golpeados –los corporativos Investment Grade y los High Yield retrocedieron 0,3% y 0,4%, respectivamente, en tanto que los bonos del Tesoro quedaron sin cambios–. También fue una mala rueda para los bonos emergentes, que perdieron 0,6%.
Aunque con menor fuerza que en las jornadas anteriores, el dólar continuó debilitándose a nivel global. El DXY perdió 0,2%, acumulando en la última semana una caída de 3%, principalmente por la depreciación del 3,7% frente al euro y del 1,2% contra el yen en la semana. En tanto, ante el yuan el dólar operó estable, al tiempo que contra el real brasileño se apreció 0,4% y cerró en BRLUSD 5,76.
Asimismo, el precio del petróleo WTI se estabilizó en torno a los USD 66 el barril, acumulando en la última semana un retroceso de casi 2% luego de que la OPEP+ –que incluye a Rusia– acordara el lunes incrementar la producción por primera vez desde 2022. Además, los inventarios de crudo estadounidense subieron más de lo esperado, impulsados por el mantenimiento estacional de las refinerías, mientras que las existencias de gasolina y destilados disminuyeron debido al aumento de las exportaciones, según la Administración de Información Energética.
En cuanto al dato económico del día, se publicó que en enero EE. UU. registró un déficit comercial récord de USD 131.400 M, frente a un déficit revisado a la baja de USD 98.100 M en diciembre de 2024 y superando las previsiones de USD 127.400 M. Las importaciones aumentaron un 10% m/m hasta un máximo histórico de USD 401.200 M, debido a la anticipación de los aranceles venideros. Los aumentos se observaron fundamentalmente en las importaciones de formas metálicas terminadas (USD 20.500 M), preparados farmacéuticos (USD 5.200 M) y ordenadores (USD 3.000 M). Por su parte, las exportaciones subieron 1,2% m/m hasta los USD 269.800 M. El déficit comercial de bienes se amplió con China (USD 29.700 M frente a USD 25.300 M en diciembre), la UE (USD 25.500 M frente a USD 20.400 M) y, principalmente, con Suiza (USD 22.800 M frente a USD 3.000 M).
En Europa, tal como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) recortó la tasa de interés de referencia en 25 pb, hasta 2,50%. Esta decisión refleja una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación y la transmisión de la política monetaria. El BCE reconoció que la política monetaria se está volviendo significativamente menos restrictiva, aliviando los costos de endeudamiento para las empresas y los hogares. Se proyecta que la inflación promediará el 2,3% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 2,0% en 2027, y que la inflación Core también se acercará al objetivo del 2%. Aunque la inflación interna sigue siendo elevada debido al retraso en los ajustes de salarios y precios, el crecimiento salarial se está moderando. Las previsiones de crecimiento económico se revisaron a la baja al 0,9% para 2025 y al 1,2% para 2026, lo que refleja la debilidad de las exportaciones y la inversión.
A pesar del sexto recorte de la tasa de interés por parte del BCE, el rendimiento del bono alemán a 10 años se mantuvo en el nivel del 2,85%, muy cerca del máximo de los últimos 12 años del 3% –alcanzado en octubre de 2023 en medio de expectativas de un fuerte aumento del gasto público–. La CDU/CSU y el Partido Socialdemócrata, que se espera que formen una coalición de gobierno en Alemania, acordaron relajar las estrictas reglas de endeudamiento del país.El plan busca excluir la mayoría de los gastos en defensa del cálculo que se usa para limitar la deuda, lo que permite al gobierno invertir en defensa sin aumentar el nivel de endeudamiento permitido. Además, los partidos han propuesto un fondo extrapresupuestario de 500.000 M de euros para financiar proyectos de infraestructura durante la próxima década. Se espera que el estímulo proporcione un impulso muy necesario a la economía en crisis de Alemania.