Wall Street volvió a tener una rueda positiva, impulsado por el discurso de Trump en el Foro Económico de Davos, en el que pidió recortes inmediatos de tasas de interés e instó a Arabia Saudita a bajar los precios del petróleo. Esto, sumado a los buenos resultados que están aportando los balances de las empresas del 4Q24, continuó mejorando la confianza de los inversores, que están atentos a la reunión de la Fed de la próxima semana, en la que no se esperan movimientos de tasas.

En este contexto, las acciones americanas tuvieron una rueda mayormente positiva. El S&P 500 avanzó 0,2% y alcanzó un nuevo récord al superar los 6.100 puntos, en tanto que el Dow Jones ganó 0,8%, a diferencia del Nasdaq, que perdió 0,3%. Las sólidas ganancias de GE y Union Pacific, que aumentaron un 6,6% y un 5,2%, respectivamente, contribuyeron a las acciones industriales, aunque fueron compensadas en parte por el derrumbe de 10% en las de American Airlines debido a las decepcionantes previsiones.

Pese al pedido de Trump para que bajen las tasas –el mercado sigue esperando un solo recorte de tasa previsto para junio y con otra reducción potencial hacia fin de año–, los rendimientos de los bonos del Tesoro estuvieron presionados al alza. Si bien la UST2Y quedó sin cambios en 4,29%, la UST10Y subió hasta 4,65% el jueves, extendiendo el repunte desde el mínimo de casi tres semanas de 4,58% dos sesiones antes.

El dólar volvió a debilitarse frente a la mayoría de las monedas. El DXY perdió 0,1% y quedó muy cerca de 108, acumulando en la semana una baja de casi el 1%. Esta caída se produce cuando el presidente Donald Trump, por el momento, se abstuvo de implementar aranceles agresivos luego de su asunción, contrariamente a las expectativas del mercado. Esto también le dio impulso al precio del oro, que superó los USD 2.770 la onza, marcando el nivel más alto desde octubre y apenas por debajo de su máximo histórico de USD 2.790.

En cuanto a los commodities, se destacó la caída del precio del petróleo, mientras que las cotizaciones de la soja y el cobre tuvieron un leve repunte. Concretamente, el WTI bajó 1,4% y cerró en USD 74,5 el barril, encaminándose a perder más de 5% en la semana –la peor desde noviembre– tras el llamado del presidente Trump a bajar los precios del crudo. En su discurso en el foro de Davos, anunció planes para instar a Arabia Saudita y a la OPEP a reducir los precios del petróleo, alineándose con las prioridades de desarrollo energético de su administración, lo que compensó de más el efecto de la caída de los inventarios de crudo en EE. UU.

En cuanto a los indicadores del día, las solicitudes iniciales de desempleo en EE. UU. aumentaron en 6.000 con respecto a la semana anterior, alcanzando las 223.000 en el período que finalizó el 18 de enero. Este incremento estuvo ligeramente por encima de las expectativas del mercado, que anticipaban 220.000, marcando el mayor aumento en seis semanas. A su vez, el número de solicitudes pendientes aumentó en 46.000 hasta 1.899.000 en el período anterior, lo que representa la cifra más alta desde noviembre de 2021. Esto sugiere que quienes están desempleados están tardando más en encontrar un empleo adecuado y apunta a un mayor impacto de las tasas de interés restrictivas.

En paralelo, la inflación minorista de diciembre en Japón saltó un 0,6% m/m y 3,6% i.a., desde el 0,4% m/m y 2,9% i.a. del mes anterior, marcando la mayor suba desde enero de 2023. La tasa de inflación subyacente aumentó un 3,0% i.a., la más alta en 16 meses, aunque coincidiendo con el consenso. Con este escenario, el Banco de Japón (BoJ) elevó su principal tipo de interés a corto plazo en 25 puntos básicos hasta el 0,5%, el nivel más alto en 17 años, siendo la tercera suba de tipos desde que el banco central puso fin a los tipos de interés negativos en marzo de 2024. El banco central también indicó planes para nuevas subas y una reducción del apoyo monetario si los datos económicos y de precios se alinean con sus previsiones. Luego de esta medida, el yen japonés se fortaleció hasta los USDJPY 155.