En el marco de la publicación de las minutas de la última reunión de la FED, Wall Street tuvo una jornada estable, con una leve tendencia alcista. Los 3 principales índices cerraron con ganancias, liderados por el Nasdaq, que subió 0,6%, mientras que el S&P 500 y el Dow avanzaron 0,3% y 0,2% respectivamente.
En cuanto a las minutas de las reuniones del 14 y 15 de junio de la FED, las mismas destacaron que la entidad le teme más a la inflación que a la recesión, por lo que podría adoptar una política monetaria más rígida si la inflación sigue en alza. Además, remarcaron la importancia de la credibilidad de la FED. Agregaron además que en julio se produciría un aumento de la tasa de 50 o 75 puntos básicos. Los participantes también hicieron referencia a la guerra de Ucrania, a los bloqueos relacionados con el COVID-19 en China y a otros factores que restringen el suministro, lo que afectará las perspectivas de inflación (será necesario más tiempo para que baje al 2%). Tras el comunicado, la UST10Y subió más de 10 puntos básicos, llegando a 2,9% y recuperándose de mínimos de cinco semanas.
En cuanto a los datos económicos, tanto el PMI de servicios ISM de junio como el informe JOLTS superaron las previsiones, lo que le restó pesimismo a los inversores. Concretamente, la revisión final del PMI de servicios de junio, si bien continuó mostrando una desaceleración, estuvo levemente por encima del dato preliminar (51,6), al resultar en 52,7. Esto permitió que el PMI compuesto resulte en 52,3 en junio (vs el dato preliminar de 51,2 y el registro de 53,6 en mayo).
Como el informe JOLTS también superó las previsiones, se retrasaron algunas llamadas de recesión, mostrando un mercado laboral insosteniblemente ajustado.
El índice del dólar DXY se mantuvo estable – por encima de 107 – el miércoles, sosteniéndose en un máximo de 20 años. La demanda del dólar también se vio respaldada por la inminente crisis energética en Europa y la agitación política en el Reino Unido.
El fortalecimiento del dólar también se reflejó contra las monedas emergentes, donde se destacó el real brasileño, que subió hasta BRL 5,43 (acumula una suba de 14% desde fines de mayo). La debilidad del real también refleja en la creciente inquietud respecto a los niveles de gasto del gobierno federal antes de las elecciones presidenciales, que se han revisado repetidamente al alza a medida que el gobierno liderado por Jair Bolsonaro continúa agregando subsidios, en un momento en que el ex presidente Lula da Silva mantiene el liderazgo en intenciones de voto.