Ante las distintas especulaciones del mercado, finalmente la entidad anunció el día de ayer una suba de 75 pb en su reunión de política monetaria. Esto llevó el rango de los tipos de tasas desde 1% a 1,75%, con el objetivo de controlar la suba de precios, que alcanzó el 8,6% i.a. la semana previa. A pesar de que el mercado ya estimaba una suba de tal magnitud con un 93% de probabilidades, la medida fue vista con optimismo dados los efectos que la inflación está teniendo sobre la economía local.  

Sumado a esto, Jerome Powell – presidente de la entidad – afirmó que no descarta otra suba de esta magnitud para la próxima reunión del mes de julio. Sin embargo, indicó que medidas como esta serían la excepción, y que esta postura podría suavizarse en caso de una proyección de desaceleración en la inflación. De esta manera, las estimaciones llevan a las tasas a finalizar el año en torno al 3,4%, 1,5 puntos por encima de lo proyectado por la entidad en marzo.

Luego de estas declaraciones, las tasas de interés futuras ya pronostican con un 85% de probabilidades una suba de 75 pb para julio, mientras que para septiembre la mayor parte de las estimaciones ubican la suba en 50 pb.

A su vez, se publicaron las estimaciones de la entidad para los próximos dos años. En las mismas, la FED publicó una estimación de tasas de 3,8% para el 2023, lo que implicaría que la suba de tasas continuaría el año siguiente. A esto se le sumó que la entidad recortó el crecimiento esperado del PBI a 1,7%, tanto para el 2022 como para el 2023 (vs los respectivos 2,8% y 2,2% pronosticados en marzo), mientras que avanzaría a 1,9% en el 2024. Esto impactaría también en el desempleo que, según las estimaciones publicadas, se ubicaría en 3,7% este año, llegando a 4,1% en 2024. Dicho suceso afectaría también la suba de salarios que está teniendo actualmente EE.UU ante la gran oferta de puestos de empleo, lo que finalmente impactaría también en el alza inflacionaria. 

Sin embargo, el dato que más sorprendió fue el PCE, que se proyectó en 5,2% para el 2022 (vs el dato de 4,3% publicado en marzo) y que se reduciría hasta 2,2% en 2024. Teniendo en cuenta que la inflación actualmente se ubica en torno al 6,5% y que las subas de tasas no lograron hacerlo retroceder, aún se considera demasiado optimista alcanzar este dato este año.