El mercado mostró ajustes tras datos económicos sólidos en EE. UU., con acciones en baja, tasas de bonos en alza y un dólar recuperando terreno. La revisión al alza de la segunda estimación del PBI del 2Q25, el incremento en los pedidos de bienes durables y la caída en las solicitudes iniciales de desempleo alejaron los temores de debilidad en el crecimiento y reforzaron las dudas sobre la dinámica de la inflación, con una Fed que bajó la tasa de referencia. En commodities, el petróleo se mantiene estable pese a las restricciones de oferta y los riesgos geopolíticos.
Las acciones tuvieron una tercera rueda consecutiva de caídas, con el Nasdaq retrocediendo 0,87%, el S&P 500 un 0,75% y el Dow Jones un 0,47%. El sector tecnológico siguió bajo fuerte presión, al igual que comunicación y consumo discrecional, mientras que energía fue el de mejor desempeño. Tesla cayó 4,5% tras reportar débiles ventas en agosto, Oracle se desplomó más de 4,8% y tanto Alphabet (-1,1%) como AMD (-0,6%) también registraron bajas.
Tras los sólidos datos económicos, la tasa de interés de los bonos del Tesoro volvió a operar en alza. La UST2Y subió 6 pb hasta 3,66%, al tiempo que la UST10Y avanzó 3 pb hasta 4,18%. En este marco, el índice de bonos del Tesoro bajó 0,2%, arrastrando a los Investment Grade, High Yield y bonos de mercados emergentes, que retrocedieron 0,3%.
El dólar recuperó terreno a nivel global, con un US Dollar Index que subió 0,7% y cerró en 98,51. Este movimiento respondió a la caída de 0,7% del euro, 0,9% de la libra y al alza de 0,6% del dólar frente al yen. En Brasil, ganó 0,6% ante el real hasta USDBRL 5,36. En tanto, el oro se mantuvo estable en USD 3.737 la onza.
En commodities, el WTI cerró estable en USD 65 por barril, tras un rally que lo había llevado a máximos de tres semanas. Esto ocurrió en un contexto de inventarios más bajos en EE. UU. y riesgos geopolíticos –ataques ucranianos, suspensión de exportaciones kurdas y tensiones con Rusia– que continúan restringiendo la oferta.
En paralelo, la economía de EE. UU. creció 3,8% t/t anualizado en el 2Q25, por encima del 3,3% previo y marcando la mayor expansión desde el 3Q23. El impulso provino de un consumo más sólido (+2,5%), con revisiones al alza en servicios y bienes, junto con mayor inversión fija (+4,4%), especialmente en equipamiento (+8,5%) y propiedad intelectual (+15%). El gasto público disminuyó levemente, mientras que la inversión residencial continuó en baja (-5,1%). Por el lado negativo, las exportaciones netas aportaron menos debido a caídas en exportaciones e importaciones, en tanto que el arrastre de inventarios fue más pronunciado.
Los pedidos de bienes durables en EE. UU. crecieron 2,9% en agosto, primer aumento en tres meses y muy por encima de lo esperado. El avance se debió a equipos de transporte –en particular aeronaves de defensa y de uso civil–, además de subas en maquinaria y equipos de comunicación. El indicador clave de inversión empresarial también mostró solidez (+0,6%), aunque parte del incremento respondería a mayores precios por efecto de aranceles.
En cuanto al mercado laboral, las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo bajaron en 14.000 frente a la semana anterior, hasta 218.000 en la tercera semana de septiembre, muy por debajo de las 235.000 esperadas y marcando el nivel más bajo en dos meses.
Las ventas de viviendas existentes en EE. UU. en agosto se mantuvieron estables en torno a 4 millones de unidades anualizadas, levemente por encima del consenso, al tiempo que cayeron los inventarios y los precios medios subieron 2% i.a. La escasez de viviendas accesibles sigue limitando las transacciones, aunque los mercados de mayor valor se benefician de la riqueza inmobiliaria y bursátil récord.