Tras el sacudón del viernes, los mercados retomaron el sendero alcista, impulsados por expectativas de recortes de tasas en EE. UU. y buenos desempeños corporativos puntuales. La revisión a la baja del empleo sigue reconfigurando el escenario macro, lo cual dejó menores tasas, golpeó al dólar y empujó al oro, mientras que la renta fija y los activos de riesgo globales –incluidos emergentes y High Yield– mostraron un rebote. En commodities, el petróleo corrigió ante mayores perspectivas de oferta y dudas sobre la demanda futura.
Las acciones rebotaron tras la caída del viernes, retornando a niveles similares a los previos al ajuste. El Nasdaq lideró las subas al avanzar un 1,7%, seguido del S&P 500 con una suba de 1,3%, mientras que el Dow Jones avanzó un 1,2%. Palantir subió 4% antes de publicar sus resultados tras el cierre, mientras que Nvidia avanzó más de 3%. En cambio, Berkshire Hathaway cayó 3% tras divulgar sus resultados durante el fin de semana.
Las tasas cayeron en el margen 2 pb, tanto la UST10Y, que cerró en 4,20%, como la UST2Y, que lo hizo en 3,69%, aunque ya venían de una fuerte baja en la semana anterior, luego de la publicación del dato de creación de empleo y su revisión a la baja. Tras estos datos, el mercado incrementó la probabilidad de que se concreten tres recortes de tasas en lo que resta del año. Esto generó un efecto positivo en la deuda de mercados emergentes, que anotó una suba de 0,4%, y en los High Yield, que subieron un 0,2%.
El dólar amplió la caída que había registrado la semana anterior producto de los datos publicados. El US Dollar Index cayó otro 0,4% y cerró en 98,75, acumulando una baja de 9,0% en lo que va del año. En Brasil también retrocedió el dólar y cayó un 0,6%, cerrando en USDBRL 5,51, con una caída acumulada del 10,8% en el año. En contraposición, el oro subió un 0,4% ante la posibilidad de un nuevo recorte de tasas y cerró en USD 3.376 la onza.
Con la confirmación de la OPEP+ sobre el aumento de producción a 547.000 barriles por día a partir de septiembre, sumado a los débiles datos de empleo en EE. UU. que aumentan la preocupación sobre una menor demanda potencial, el precio del petróleo cayó un 1,9% hasta los USD 66,1 por barril. De esta manera, acumula una caída del 7,9% en el año.