Los mercados globales tuvieron otra mala jornada, con caídas generalizadas en bonos y acciones, mientras que el dólar se fortaleció y el petróleo subió. Lo más destacado fue el sell off de acciones tecnológicas en un contexto en el que las políticas arancelarias de Trump siguen generando incertidumbre y temores sobre la economía estadounidense y global.

Los principales índices de acciones estadounidenses tuvieron una muy mala rueda, con importantes retrocesos. El S&P 500 y el Dow Jones cayeron 0,6%, en tanto que el Nasdaq fue nuevamente el de peor desempeño, al anotar una baja de 2,7% arrastrado por la acción de Nvidia, que se derrumbó un 8,5% después de su informe de ganancias. En el sector corporativo, Salesforce perdió un 2,9% debido a unas previsiones débiles, al tiempo que Uber cedió un 2,3% en medio de informes de que Tesla (-3,1%) buscaba aprobación para un servicio de transporte privado en California.

Asimismo, tras varias jornadas en rojo que los situaron en los niveles más bajos de los últimos dos meses, los rendimientos de los bonos del Tesoro operaron con leves subas. La USD2Y cerró en 4,08%, igual que el miércoles, mientras que la UST10Y subió 4 pb hasta 4,29. Esto golpeó a los principales índices de renta fija, que cerraron la jornada con una caída promedio de 0,2%, destacándose los corporativos Investment Grade con un retroceso de 0,4%.

Por otro lado, el índice del dólar subió un 0,7% a más de 107, el nivel más alto en una semana, después de que el presidente Donald Trump confirmara que los aranceles del 25% sobre Canadá y México entrarán en vigor el 4 de marzo. También anunció un impuesto adicional del 10% sobre las importaciones chinas y amenazó con aranceles del 25% sobre los productos de la UE a partir del 2 de abril. Este repunte del dólar golpeó el precio del oro, que se alejó de los máximos históricos marcados la semana pasada, al caer 1,3% y cerrar la rueda en USD 2.876 la onza.

En el mercado de commodities, el petróleo WTI aumentó 2,3% y terminó el día cotizando en USD 70,4 el barril. Esto sucedió luego de que Trump anunciara que revocó la licencia a Chevron para operar en Venezuela, lo que se suma a las nuevas sanciones impuestas a Irán a principios de mes, las cuales podrían restringir el suministro global.

En cuanto a los datos económicos, los indicadores del día tuvieron resultados mixtos. Por un lado, la segunda estimación del PBI del 4Q24 confirmó la expansión de 2,3% t/t anualizado que había marcado la primera estimación, registrando el menor crecimiento de los últimos tres trimestres y quedando muy por debajo del alza de 3,1% del 3Q24. La desaceleración del crecimiento se explicó por el menor dinamismo de la inversión fija, que retrocedió 1,4% t/t, y por la contribución negativa de la variación de inventarios. En paralelo, el consumo privado tuvo la mejor performance desde el 1Q23 al expandirse 4,2%, así como el consumo público que creció al 2,9%, sumándose al mejor desempeño de las exportaciones netas, dado que las importaciones cayeron 1,2% y las exportaciones 0,5%. El dato positivo del día corresponde a los pedidos de bienes duraderos, que superaron las expectativas y aumentaron un 3,1% m/m en enero. Contrario fue la lectura de las solicitudes iniciales de desempleo, que en la última semana se dispararon a 242.000 –máximo de dos meses–, en línea con las preocupaciones de una economía en desaceleración luego de los pobres agregados del PMI a principios de mes.