Luego de tres jornadas muy negativas por la puesta en marcha de la suba de aranceles de EE. UU. al 25% para México y Canadá y del 20% para China, en la rueda de ayer los mercados financieros globales tuvieron su “revancha”. Anotaron fuertes subas luego de que el presidente Donald Trump anunciara una exención de un mes a los aranceles a los automóviles de México y Canadá. Además de aliviar las preocupaciones sobre los posibles impactos económicos de una política más proteccionista por parte del principal importador del mundo, los inversores vieron esta última medida como una señal de que la administración Trump podría negociar más extensiones arancelarias. Esto último fue reforzado después de que el secretario de Comercio, Howard Lutnick, insinuara un posible alivio arancelario para ciertas industrias. Todo esto ocurrió en una jornada en la que los indicadores económicos tuvieron resultados mixtos que combinaron un flojo desempeño del mercado laboral privado con una recuperación de la actividad de servicios en febrero.

En el mercado de acciones, los tres principales índices de EE. UU. operaron al alza. El S&P 500 subió 1,1%, el Dow Jones 1,2% y el Nasdaq 1,4%, con lo que compensaron parte de las pérdidas sufridas en la última semana, aunque en lo que va del año siguen marcando números rojos. Como era de esperar, las automotrices General Motors, Ford y Stellantis fueron las grandes ganadoras de la jornada, con avances de entre el 6% y el 9%, seguidas por Microsoft, Oracle y Amazon, que ganaron más del 2%. Al contrario, las acciones energéticas operaron a la baja, arrastradas por la caída del precio del petróleo.

La distensión en el mercado alejó, en parte, los temores de un freno en la actividad económica, lo que le dio nuevamente impulso a los rendimientos de los bonos del Tesoro. Aunque operaron con subas generalizadas, siguen en los niveles más bajos de los últimos cuatro meses. La US2Y subió 5 pb hasta 4,01% y la UST10Y cerró en 4,28%, 7 pp por encima del martes. Esto golpeó a la renta fija general, que en la rueda de ayer tuvo una caída promedio de 0,3%.

Los precios de los commodities tuvieron una rueda mixta, con alzas en los metales y en los agrícolas, mientras que el petróleo volvió a caer. Concretamente, el precio del petróleo WTI bajó un 2,9% hasta USD 66,3 por barril, arrastrado por la decisión de la OPEP+ de aumentar gradualmente la producción a partir de abril, lo que alimentó las preocupaciones por el exceso de oferta. Opuesta fue la performance del precio del cobre, que escaló casi 6%, acumulando en el año una ganancia de 20%, en tanto que el precio de la soja recuperó 1,4% hasta USD 366 la tonelada. En este contexto de alta volatilidad, el precio del oro se mantuvo estable, cotizando en USD 2.920 la onza.

Sin dudas, el duro golpe al dólar fue lo más destacado de la jornada. Este se debilitó contra todas las monedas tras el comunicado de una nueva “tregua” a los aranceles por parte Trump, en un contexto en el que el nuevo gobierno de Alemania anunció un fuerte plan de estímulo fiscal. El DXY bajó 1,3% hasta 104, quedando en el nivel más bajo de los últimos cuatro meses, impulsado por la caída de 1,6% frente al euro. También se debilitó contra el real brasileño, que terminó la jornada en USDBRL 5,75, 2,6% por debajo del cierre del martes.

En cuanto a los indicadores económicos del día, se destacaron dos en particular, aunque con resultados opuestos que impiden una buena lectura del ciclo económico. Entre lo negativo, el indicador de creación de empleo privado ADP se hizo notar, marcando en febrero la creación de 77 mil empleos. Este fue el peor desempeño de los últimos siete meses, muy por debajo de los 186 mil creados en enero y de los 140 mil que esperaba el mercado. Del lado positivo, la actividad de servicios medida por el ISM subió inesperadamente en febrero hasta 53,5 pts desde 52,8 pts de enero, superando las previsiones de 52,6 del consenso de analistas.