El jueves los bonos soberanos en dólares volvieron a tener una jornada negativa, al registrar bajas del 1,9% en promedio. El riesgo país subió 0,9%, hasta los 1.755 puntos. De esta manera, la curva cerró con rendimientos que van desde 16,4% -para los bonos largos- a 27,6% -para los más cortos-. El contexto internacional no ayudó, por lo que el índice de bonos Emergentes (EMB) y el de bonos High Yield Emergentes (EMHY) registraron caídas del 0,9% y 0,7% respectivamente. 

Los bonos CER operaron dispares, con subas en los bonos cortos y caídas en los más largos, que empinaron aún más la curva con rendimientos, que van desde -6,3% -para el TX22- a +7,1% -para el PARP-. De hecho, el de peor performance fue nuevamente el PARP, que tuvo una baja de 4,5%, anotando su tercera caída consecutiva. Las expectativas devaluatorias siguen cediendo, con los DLK operando con bajas del 0,7% en promedio (el TV23 tuvo una importante caída, del 1,4%, y quedó con un rendimiento del -1,7%) y los contratos de dólar futuro cediendo 0,3% en promedio. 

El tipo de cambio oficial tuvo una suba de $0,09, lo que implica una devaluación anualizada del 38%. Los dólares financieros operaron con tímidas subas: el dólar MEP@GD30 cerró en $211,71 (+0,4%), mientras que el dólar CCL@GD30 cortó una racha de cuatro caídas y finalizó en $220,21 (+0,6%).

Las acciones por su parte, cerraron nuevamente a la baja, en un contexto internacional que también les fue negativo. Concretamente, el índice Merval cayó un 1,8% en moneda local y finalizó en los 88.091 puntos. Medido en USD CCL por la relación de GGAL, el índice bajó un 2,1%, hasta los USD 400. La mayoría de las acciones operaron a la baja, aunque se destacaron las subas de EDN (+4%), CVH (+3,1%) y RICH (+1,7%).

Respecto de la primera, como todas las empresas de servicios públicos en general, se manejan en un contexto de alta volatilidad, en medio de rumores de aumentos que se realizarían luego de las audiencias públicas e incluso de la continuidad o no de Federico Basualdo y Federico Bernal en los entes reguladores, todo esto en un contexto en donde el FMI cada vez hace más hincapié en la necesidad en la reducción de los subsidios energéticos.