En una de las reuniones que más expectativas generaba y con los mercados financieros mostrando una elevada volatilidad, la Reserva Federal (FED) indicó que continúa con la reducción en el ritmo de compra de bonos –Tapering-  y que “pronto” podría aumentar la tasa de interés de referencia. 

Se espera que la suba sea por 25 puntos básicos a partir de marzo, lo cual sería el primer movimiento desde marzo de 2020 -cuando en plena pandemia la había bajado de 1,75% a 0,25%- y la primera suba desde diciembre de 2018. No hubo indicaciones específicas de cuándo la FED podría comenzar a reducir su hoja de balance de casi USD 9.000 billones, aunque emitió una declaración de "principios para reducir el tamaño del balance", en la que resaltó que comenzará luego de haber iniciado el proceso de suba de tasas.

La FED reconoció que la economía continúa en sendero de recuperación, aunque en los últimos meses estuvo afectada por el fuerte incremento en los contagios de Covid-19. El rumbo de la economía dependerá de la evolución del virus, aunque se espera que el avance de las vacunas y la relajación en las cadenas de suministro contribuyan a la mejora en el nivel de actividad.

Con el objetivo de lograr el pleno empleo y una inflación del orden del 2% en el largo plazo, el comité decidió mantener el rango objetivo para las tasas de fondos federales entre 0% y 0,25%. Sin embargo, dado que en 2021 la inflación fue muy superior al objetivo al superar el 6% anual –la más alta en 40 años- y con el desempleo por debajo del 4%, el comité espera que pronto sea apropiado elevar el rango objetivo para la tasa de los fondos federales. Al mismo tiempo, decidió seguir reduciendo el ritmo mensual de compras netas –Tappering- en USD 30.000 M a partir de febrero, de manera de culminarlo en marzo próximo.

Pese a no dar especificaciones en cuanto a la fecha de inicio de la suba de tasas, en la conferencia de prensa posterior al comunicado, Powell dijo que el comité tiene la intención de aumentar la tasa de los fondos federales a partir de marzo, al tiempo que señaló que los  los funcionarios no han tomado ninguna decisión sobre el camino de la política porque necesita ser "ágil". Sugirió aumentos más frecuentes y más grandes de las tasas que podrían ocurrir este año. 

En cuanto a la inflación, reconoció que podría seguir subiendo y que existe el riesgo de que no disminuya en el corto plazo. También declaró que el balance es sustancialmente mayor de lo que debe ser, por lo tanto se deberá reducir, pero por el momento no es tan claro el proceso. 

Tras estas declaraciones, las tasas de interés de los bonos del Tesoro subieron -especialmente en el tramo corto- y las acciones retrocedieron. Concretamente, la tasa de los bonos a 2 años subió hasta 1,15% y la de los bonos a 10 años cerró en 1,87% siendo la más plana de los últimos dos años, reflejo de que el mercado espera mayor inflación en el corto plazo y menor crecimiento en el largo.