Ayer se dio a conocer el IPC norteamericano correspondiente al mes de enero, que registró una suba del 0,6% en comparación al mes anterior, igualando así el resultado de diciembre, y a su vez superando las expectativas (0,5% m/m). Con este resultado, la variación interanual marcó el máximo de las últimas cuatro décadas, al alcanzar un resultado de 7,5% -vs el 7,3% que especulaba el mercado-.
El IPC Core también se ubicó en un 0,6% m/m, vs el dato esperado de 0,5%. De esta forma, acumuló un alza interanual de 6%, lo que demuestra que la presión inflacionaria que está afectando al país no se debe a factores estacionales o a la gran suba de los precios energéticos.
Ambos datos elevan la presión sobre la Reserva Federal estadounidense para ajustar su política monetaria y así controlar la suba de precios que está afectando al país desde el inicio de la pandemia. Luego de publicado el dato mensual, de acuerdo a las cotizaciones de tasas de futuros, se elevó el pronóstico de suba de tasas para el próximo mes, desde 0,25% a 0,5%, cuando la FED efectivizaría el aumento el aumento. Sin embargo, muchos analistas aún dudan que la entidad tome una medida tan agresiva, y pronostican una suba gradual de 0,25%, que podría superar las cuatro subas anuales.
Sumado a esto, el presidente de la FED de St. Louis, James Bullard, llamó a una aceleración en la suba de tasas e indicó que sería necesaria un alza de al menos un 1% para inicios de julio.
Este dato terminó sacudiendo a los mercados, que cerraron el día de ayer a la baja, recortando así las ganancias que habían acumulado durante los dos días previos a la publicación.
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Automotrices afectadas por conflicto en Canadá
Las principales empresas automotrices, como Toyota, General Motors y Ford Motor, están viendo afectada su producción debido a las protestas por parte de camioneros canadienses, que no permiten el ingreso de autopartes al país. La razón detrás de dichas exigencias es que los trabajadores reclaman a Canadá estar exentos de vacunación o cuarentena al pasar la frontera.
A la ya afectada cadena de suministro se le suma este inconveniente que obligó a detener la producción de varias de las principales automotrices del país. De esta forma, varias de las compañías están trabajando con capacidad reducida, o hasta con sus plantas suspendidas, a la espera del ingreso de las autopartes necesarias.
Esto afectó a las ya golpeadas automotrices: en la última semana, las acciones de General Motors retrocedieron un 2,5%, mientras que las de Toyota y Ford lo hicieron en un 1,2% y 2,3% respectivamente.