Las medidas tomadas la semana previa contra Rusia vienen afectando tanto a la economía del país como al rublo ruso. La moneda marcó una devaluación del 30% en la última semana, y alcanza así su mínimo valor histórico respecto al dólar y al euro (esta mañana marcó un menor valor que el peso argentino).
Tanto la Unión Europea como sus principales aliados decidieron en la última semana tomar medidas más agresivas para disuadir a Rusia de la invasión que está llevando a cabo. El objetivo principal es dificultar las transacciones financieras del país y así excluirlo del comercio internacional.
Dentro de estas medidas, se destacó la expulsión de las entidades rusas del sistema de mensajes SWIFT. Este es un código que unifica las transacciones financieras internacionales, por lo que esta determinación inhabilita a los bancos rusos a operar globalmente. Esta medida, considerada una de las más duras contra el régimen de Vladimir Putin, limitará la compra de divisas, así como también la liquidación de exportaciones, los pagos internacionales y bloqueará las importaciones.
Entre las consecuencias de esta medida se ubicaría la falta de moneda extranjera, la devaluación del rublo -como ya empezó a ocurrir desde que se dio a conocer la sanción-, corridas cambiarias y hasta una hiperinflación. Esta medida ya fue tomada para Irán, que perdió el 30% de su comercio exterior y casi la mitad de sus ingresos por exportaciones de petróleo.
A su vez, tanto Estados Unidos como sus aliados decidieron limitar aún más las exportaciones de bienes y tecnología, tanto así como las importaciones de energía, para así detener el financiamiento ruso.
Este escenario llevó a la decisión de que la bolsa rusa, MOEX, se mantenga cerrada por tercer día consecutivo ante temores de desplomes en los activos. La bolsa ya marcó una caída del 30% en el último mes, impulsada por el primer grupo de sanciones económicas, por lo que se espera un nuevo hundimiento ante estas mayores medidas tomadas la semana previa.