Los futuros norteamericanos retroceden fuertemente en el primer día de la semana, luego de darse a conocer el informe de empleo de EE.UU el último viernes. De esta manera, ante la espera de una FED más hawkish, el índice Nasdaq marca la mayor caída (-2,6%), seguido por el S&P y el Dow Jones (-1,9% y -1,5% respectivamente).

Esto también afecta a los futuros del petróleo, que caen 2,4%, mientras que el oro, por su parte, retrocede 1,3%. De esta manera, la preocupación respecto a una posible recesión hace retroceder el precio del crudo – a pesar de que el mercado aún espera las sanciones contra Rusia –, lo que en caso de incluir la prohibición de importaciones energéticas, afectaría fuertemente la demanda global del commodity. 

Por otra parte, el dólar se fortalece y llega a su máximo de las últimas dos décadas. Así, el índice DXY alcanza los 103,8 puntos, mientras que las tasas de Treasuries no encuentran freno y avanzan 5 pb, llegando a 3,18%, un nuevo máximo desde 2018.

Cabe destacar que esta semana continuarán compareciendo distintos miembros de la FED, por lo que posturas más agresivas podrían impactar aún más en los mercados de acciones y en los rendimientos de los bonos del tesoro. 

Bajo este contexto, la mira de la semana estará puesta en el dato de inflación de EE.UU que se publicará el próximo miércoles. Las expectativas ubican el dato interanual en 8,1% – vs 8,5% en marzo – y al mensual en 0,2%, ampliamente por debajo del 1,2% m/m del mes previo. Un resultado superior podría acrecentar la preocupación respecto a una FED más hawkish, lo que podría impactar fuertemente en los mercados bursátiles.

Este escenario también arrastra tanto a las principales bolsas europeas como a las asiáticas, a excepción de China, que avanza 0,1% en lo que va de la mañana.