En el plano de renta fija, los bonos soberanos reaccionaron frente al acuerdo, cayendo en promedio 4,3% en dólares, y siendo los bonos ley NY los más afectados. El riesgo país, por ejemplo, cerró en 1.928 unidades (+8,5% en la semana). Si bien la reacción del mercado nos sorprendió, ya que con las negociaciones concretadas esperábamos un repunte de las paridades actuales -como ocurrió con el primer anuncio en enero de este año-, en el fondo es entendible.

El panorama en materia de vencimientos de cara a 2025 en adelante no luce para nada alentador, ya que comenzamos a tener pagos anuales de aproximadamente 9 mil millones de dólares como piso. Para darse una idea este año esperan acumular 5.800 M de dólares, algo que luce bastante ambicioso teniendo en cuenta que el ritmo de acumulación de divisas diario es bajo (USD 40 M dependiendo la jornada) y que en junio se termina la época de cosecha gruesa.

Dicho esto, creemos que las paridades actuales no dejan de ser atractivas, aún considerando un posible escenario de reestructuración hacia 2025. Aunque, nobleza obliga, no los recomendamos para aquellos inversores impacientes ni para los que siguen el mercado día a día. Estos son precios para llevar de a poco y sin apuro, ya que buscar comprar para vender más caro en pocos días, si consideramos el factor tiempo, puede resultar una mala decisión.

En línea con todo este escenario, los inversores siguieron demandando bonos CER, dando una clara señal de desconfianza sobre el manejo de la inflación 2022. Respecto a esto último, el acuerdo contempla una inflación 2022 de entre 38% y 48%, valores optimistas para la dinámica actual (4% mensual). En este sentido, la necesidad de cobertura ya ha dejado con rendimientos negativos a los bonos que vencen en 2023, dejando atractivos a aquellos que vencen en 2024, cuya tasa real aún es positiva.

Sin ir más lejos, los que más subieron la semana anterior fueron el T2X4 (+4,1%), T2X3 (2,7%) y TX23 (2,2%).

Recordemos que el mercado opera en base a dos factores claros: 1) coyuntura y expectativas y 2) tasas. Si partimos de esta idea, la necesidad de buscar tasas reales positivas extenderá la maturity de los portafolios, dejando vulnerables a las carteras ante cualquier imprevisto en el corto plazo, ya que a mayor maturity, mayor sensibilidad.

Como venimos mencionando también, el otro segmento que está ganando terreno es el de los bonos que ajustan por Badlar. Sobre esto hay que saber que, de darse una nueva suba en las tasas de referencia -algo que toma impulso para esta semana- de valores similares los de principios de febrero (250 puntos básicos), los rendimientos actuales de dichos bonos alcanzarían el rango de 55% y 60%, en línea con las estimaciones propias de inflación y acorde a la idea de llevar las tasas reales de los depósitos en pesos a niveles positivos.

Dentro de este segmento, nos gustan el TB23 (soberano 2023) y el BDC24 (CABA 2024), el primero por tratarse del benchmark 2023 y el segundo por el historial de pagos de la Ciudad.

Luego, en los DLK, estamos viendo que la dinámica es dispar: no se observan grandes movimientos ya que, por ahora, el tipo de cambio parece controlado, por lo menos de corto plazo, debido al agro y al precio de commodities. Pero, teniendo en cuenta la segunda mitad del año sin la liquidación gruesa del agro y con importación de gas por invierno, un bono como el T2V2, que actualmente rinde devaluación menos 0,9%, luce atractivo.

Finalmente, el tipo de cambio siguió acorde a su propia dinámica: creemos que es una consecuencia de que las tasas reales se ubicarían en terreno positivo, favoreciendo el carry. Es así como en la semana el MEP subió 1,2%, para ubicarse en $197,6, y el CCL 0,3%, para cerrar en $201,1.

El BCRA, por su lado, sorprendió el viernes devaluando a un ritmo del 52% anual (TEA), por encima del 40% que nos tiene acostumbrados y por detrás de la inflación esperada para el año.


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El Merval avanza impulsado por el sector energético

En renta variable, la situación fue diferente: medido en pesos, el Merval avanzó 1,8% (1,1% en USD) apoyado en empresas de energía, en las relacionadas al agro y a los “fierros”. De esta manera, las mayores subas se dieron en: Cresud (+31,1%), Pampa (+11,6%) y TGSU2 (+10,4%).

Así, el mercado accionario demuestra responder más a lo que ocurre con el conflicto entre Ucrania y Rusia -con las correspondientes sanciones que afectan el flujo de los commodities- que a lo que ocurra a nivel local con el Acuerdo con el FMI.

En EE.UU se destacaron BIOX (+22,9%) y AdecoAgro (+13,1%).