Internacional
¿Qué pasó?
Los buenos datos económicos y el nuevo impulso fiscal que se viene en Estados Unidos elevan las perspectivas de crecimiento en el corto plazo, y las de inflación en el mediano plazo, que presionan sobre el rendimiento de los bonos del Tesoro. Concretamente, los indicadores dieron cuenta que la economía americana está en plena fase expansiva. En febrero se crearon 379 mil nuevos puestos de trabajo – más del doble que en enero- impulsado por la excelente performance del empleo privado que generó 465 mil nuevos puestos, de la mano del sector de servicios que generó 530 mil empleos. Esto compensó la caída de 209 mil puestos de empleo agrícola y permitió reducir en 158 mil la cantidad de desocupados, por lo que la tasa de desocupación bajó al 6.2%. El consumo tendrá un nuevo impulso en los próximos meses tras la aprobación del plan fiscal de Biden, en el que más de 150 millones de personas recibirán un cheque de USD1.400. Es una apuesta fuerte por el crecimiento de corto plazo pero que trae dudas sobre la dinámica inflacionaria. Mientras tanto la FED no planea cambios en su política monetaria: según Powell, el alza en los rendimientos de los bonos del Tesoro es una proceso normal de la fase de crecimiento y estima que la inflación será un poco más alta pero en línea con el escenario de la FED. La reacción del mercado fue un sell off de los bonos del Tesoro que llevaron la tasa a 10 años a 1.57% y con las expectativas de inflación implícitas para los próximos 10 años en 2.4%. El dólar a nivel global se fortalece: arrancó marzo con un alza de 1.2% contra la principales monedas -medidas con el DXY- y consolida la recuperación que viene marcando desde febrero. La apreciación del dólar golpeó a los commodites en general, salvo al petróleo y la soja. El petróleo siguió en alza y alcanzó el nivel pre-pandemia: cerró por encima de USD 66 el barril, luego de que la OPEP+ defina no aumentar la producción hasta fines de abril. Con este marco de fondo, el mercado continúa en modo Reflation que golpea a las tecnológicas, mientras favorece a los sectores cíclicos como el energético y financiero: en la semana las energéticas (XLE) subieron 10% y los bancos (XLF) 4% en tanto que las tecnológicas (XLK) cayeron 1.3%.
Lo que viene
La semana arranca con la mirada puesta con el impacto de la aprobación del plan de estímulo fiscal de Biden (sólo resta que los diputados aprueben las modificaciones que hizo el Senado) sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro y las expectativas de inflación. Al respecto, el informe de inflación de febrero que se publicará el miércoles será un buen termómetro, dado que se espera un alza de 1.7% i.a; la más alta de los últimos doce meses, aunque para el IPC core esperan un alza de 1.4% i.a., en línea con los últimos meses. Al cierre de semana, se publicará el índice de confianza del consumidor de Michigan, indicador clave para analizar el impacto del plan de vacunación en el sentimiento del consumidor. Recordemos que pese a todos los incentivos que se dieron, está muy por debajo del nivel pre pandemia, lo que podría marcar la velocidad de recuperación del consumo.
Local
¿Qué pasó?
Combinamos una semana con buenas noticias para el corto plazo pero no logran revertir el pesimismo sobre el mediano plazo. Las mejores noticias vinieron por el lado del mercado cambiario: el salto de los precios de las materias primas (están 40% arriba que un año atrás) le da un gran impulso a la liquidación del agro, en tanto que con el control de cambios opera para contener la demanda de importaciones y pagos de deuda.
Con este combo, el BCRA compró más de USD600 M -casi lo mismo que había comprado en todo febrero- y las reservas internacionales subieron USD294 M cerrando la semana en USD39.803 M las brutas y casi USD3.000 M las netas. En este contexto, el BCRA moderó el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial 40% al 35% anualizado y esto volvió a golpear a los bonos dollar linked. Por su parte, el MEP y el CCL aumentaron más del 3% y la brecha subió al 65%. Al tiempo que mejoró el frente externo, la moderación del gasto público y la mayor recaudación por impuestos patrimoniales y derechos de exportaciones –como marcó febrero-, oxigenaron las cuentas públicas y el BCRA no tuvo que asistir al tesoro en los primeros dos meses del año. El combo de buenas noticias se completó con los USD3.500 M que le giraría el FMI por la emisión de 500 MM de DEGs. Pero el gobierno no logra capitalizar. El discurso de tinte confrontativo y poco constructivo que hizo el presidente en la apertura del año legislativo y con el acuerdo con el FMI cada vez más lejos, los bonos soberanos no encuentran piso. Cayeron hasta 4.3% y el riesgo país subió 3.6% hasta los 1572 pb. En línea con la caída de las bolsas de la región, (el EZW de Brasil bajó 2.1%) el Merval cayó 4,1% –medido en CCL-. Los únicos que escaparon a la tendencia fueron los bonos ajustables por CER que continuaron en alza, especialmente los tramos más largos.
Lo que viene
Esperamos que la PAX cambiaria continúe en la semana de la mano de la mayor liquidación del agro y los beneficios transitorios por el pago del impuesto a la riqueza. Lo más importante de la semana será el jueves 11, cuando el INDEC publique el IPC de febrero. Nuestras expectativas apuntan a un alza del 3.5% para el índice general, en línea con las estimaciones del REM, en tanto que el IPC core tendrá un alza en torno al 3.8% de la mano de los precios de los alimentos.