Internacional
¿Qué pasó?
La semana se destacó la UST10Y que subió un nuevo escalón y llegó 1.72% en tanto que el mercado de acciones tuvo caída marginal con el SPX con una baja de desde 0.4%, el Dow 0.2% y el Nasdaq tuvo una caída de 0.9%. El dólar siguió fortaleciéndose frente al euro mientras que tuvo una leve depreciación frente al resto de las monedas entre las que se destacó el Real brasileño con un alza de 1.6% favorecido por la decisión del BCB. En lo que respecta a commodities, lo más importante pasó por la caída del precio del petróleo que ajustó 7% en la semana dada la combinación de mejores perspectivas para la oferta y menor ritmo de la demanda. Los indicadores económicos publicados en Estados Unidos marcaron resultados peores a los esperados: en febrero las ventas minoristas cayeron 3% m/m (vs +7.6% en enero), la producción industrial bajó 2.2% m/m (vs +1.1% en enero), la construcción de viviendas se hundió 10.3% (vs -5.1% en enero) y las peticiones iniciales de desempleo subieron hasta 770 mil (vs 725 de la semana previa). Pese a estos resultados, lo más importante de la semana fue que la FED revisó al alza sus proyecciones, tanto de crecimiento como de inflación pero no se movió de su postura de no mover las tasas de referencia hasta 2024. Concretamente, espera que este año el PBI suba PBI de 6.5%, que la tasa de desempleo baje a 4.5% y que la inflación general suba a 2.4% y la “core” a 2.2%. Nada para alarmarse, pues para 2022 prevé que continúe el crecimiento y la baja de desempleo con la inflación bajando al 2%. La Fed prefiere correr el riesgo de una inflación más elevada a interrumpir el proceso de recuperación económica. Pese a este view, el mercado sigue dudando y convalida un alza de la tasa de inflación implícita en los bonos a 5 años que cerró la semana en 2.63%. Mientras tanto la vacunación en EEUU sigue avanzando y ya se vacunaron 121 millones de personas (casi 3 millones por día) superando ampliamente las expectativas y Biden delinea un nuevo plan de infraestructura que puede llegar a USD4 trillones que se financiaría en parte con suba de impuestos a ganancias corporativas del 21% al 28%. Como comentamos más arriba, en un contexto en el que la inflación superó el 5% anual, el Banco Central de Brasil (BCB) subió la tasa de referencia 75 bp hasta 2.75% y podría ser el inicio de una política de ajuste monetario tendiente a ubicar subir las tasas en términos reales lo cual le dará mayor fortaleza al real. En China, los indicadores siguen mostrando un buen ritmo de recuperación lo que genera temores de quita de estímulos del gobierno. Como viene siendo habitual en las últimas semanas, las peores noticias vinieron del lado de Europa por el lento proceso de vacunación (lleva vacunada apenas el 11% de la población) y nuevas cuarentenas en Francia.
Lo que viene
La tasa de los bonos a 10 años seguirá siendo la principal protagonista. Del lado de los indicadores, la semana arranca con la mirada puesta con los primeros resultados del PMI de marzo en el que los inversores esperan muy buenos datos tanto en lo referente a la producción manufacturera como en servicios que habrían tenido la mejor performance de los últimos 6 meses. También se publicará la última revisión del PBI de EE.UU del 4Q20, el balance de Pagos y el dato final de la Confianza del Consumidor de la Universidad de Michigan.
Local
¿Qué pasó?
Aunque a menor ritmo que las dos semanas previas, el BCRA continuó comprando divisas en el mercado de cambios en un contexto de fuerte dinamismo en la liquidación del agro. Concretamente, compró USD261 M acumulando el mes compras netas por USD1.250 M por lo que marzo se encamina a ser el mejor desde noviembre de 2019 en materia de resultado cambiario. Como venimos insistiendo, ésta muy buena performance del mercado de cambios se apoya en dos factores. Por un lado, la fuerte alza en la oferta de divisas del agro que en un contexto de precios internacionales muy elevados y expectativas de estabilidad cambiaria, aprovechan a liquidar stock y adelantar cosecha: en la última semana llegó a USD653 M –la mejor desde mediados de enero- acumulando en marzo casi USD1.900 M. No menos importantes son las limitaciones a la demanda de divisas, tanto para el ahorro, para pagos de deuda y a las importaciones de bienes. Con este marco de fondo, el BCRA mantuvo el ritmo de devaluación del dólar oficial en torno al 32% anualizado y los activos de cobertura cambiaria tuvieron una mala semana: los dollar linked cayeron y el ROFEX marcó caídas de casi 2% para los meses más largos y se destacó el bajo interés abierto con sólo USD 3 M de contratos abiertos (el promedio de diciembre fue de USD4,5 M y su pico durante octubre fue de USD6,5 M). Pese a la compra de divisas, las reservas internacionales cayeron USD97 M y en el mes acumulan un alza de poco más de USD200 M debido a que los flujos de divisas que adquiere lo utiliza para pagos de deuda a organismos internacionales y en intervenir en el mercado de bonos para contener la brecha. La mala noticia es que las reservas netas no aumentan a la velocidad necesaria y dejan al BCRA en una situación frágil para lo que resta del año. Sin una noticia que cambie el panorama general, los bonos soberanos en USD marcaron subas promedio del 4,5% y el riesgo país tuvo una leve mejora cerrando en 1531 bp. Los bonos CER cayeron 1,5% en promedio lo que relacionamos con una toma de ganancias saludable, tras las subas recientes, y que incluso le dan algo más de atractivo: por ejemplo, es la primera vez desde enero que el TX24 rinde 5% por encima de la inflación. Respecto a la inflación, lo importante de la semana pasó por la publicación del índice de precios mayoristas que marcó un alza del 6.1% en febrero lo que le pone más presión a los precios minoristas pasa los próximos meses. De hecho, basándonos en indicadores de alta frecuencia y ajustes de precios regulados, elevamos nuestra perspectiva de inflación para marzo de 3.8% a 4.1%.
Lo que viene
Semana cargada de indicadores económicos dado que se publica el resultado fiscal, el balance cambiario y la balanza comercial de febrero al tiempo que se dará a conocer el PBI del último trimestre del año pasado. En materia sanitaria, las miradas seguirán puesta en las vacunas, el aumento de casos y la amenaza de expansión de la cepa manaos. No es un aspecto menor pues Argentina no tiene margen para más gasto covid y gran parte de la mejora fiscal que promete el ministro se apoya en la normalización de la economía y no tiene en cuenta el impacto de una segunda ola. Respecto a esto último, el ministro se reunirá Kristalina Giorgieva y será un nuevo termómetro para analizar el estado de negociación con el FMI.