Los bonos de alto rendimiento, también conocidos como High Yield, son instrumentos de deuda emitidos por empresas que las principales agencias de calificación crediticia clasifican por debajo del grado de inversión. Debido a que presentan un riesgo de incumplimiento mayor en comparación con los bonos soberanos o corporativos de alta calidad, estos instrumentos ofrecen una tasa de rendimiento más elevada (Yield to Maturity).

En este análisis, exploramos la conexión entre el rendimiento inicial de los bonos High Yield y su rendimiento promedio en los siguientes cinco años. Mediante un gráfico, examinamos los rendimientos iniciales de estos bonos desde 1996 hasta la fecha. En el eje vertical, se sitúa el rendimiento inicial, y en el horizontal, el rendimiento promedio en los próximos cinco años, asumiendo que el activo se mantenga en la cartera. Las conclusiones principales incluyen:

  • En el 97% de los casos, invertir en bonos High Yield generó un rendimiento positivo en un plazo de cinco años.
  • Con el actual nivel de Yield inicial, en más del 90% de las ocasiones con niveles similares, la inversión tuvo rendimientos positivos en cinco años.
  • Actualmente, el Yield está cerca del 7,6%, marcado en el gráfico por una línea punteada horizontal. A este nivel, el rendimiento promedio a cinco años es aproximadamente del 5,8%.

En resumen, nos encontramos en un punto atractivo para estar invertidos en bonos High Yield, siempre que la economía de EE. UU. siga creciendo de manera robusta. Sin embargo, es crucial vigilar de cerca una posible recesión económica, que podría incrementar los "spreads" crediticios y afectar negativamente a esta clase de activos. A pesar de este riesgo, los rendimientos actuales son atractivos y ofrecen un sólido colchón de seguridad, lo que convierte a los bonos High Yield en una buena opción para incluir en un portfolio global.