El 1ero de enero de 2021, las tasas implícitas de ROFEX para los contratos entre los meses de febrero y agosto se encontraban en el rango del 60% al 68%. En ese entonces, el mercado esperaba una devaluación anualizada de dicha magnitud para tal periodo; en números, representaba un dólar de $91,6 para fin de febrero, y de $116,6 para fin de agosto. Actualmente, están cotizando cerca del 40% ($89,8, febrero y $108, agosto). Dicha diferencia se amplía aún más si se lo compara con los valores de estrés que tuvieron durante la corrida de los dólares financieros de octubre, en los cuales llegaron a operar entre 75% y 95%.
Tras haber alcanzado el foco de tensión a mediados de octubre (el CCL superó los $180), y sin margen para seguir perdiendo reservas internacionales, el gobierno endureció el control de cambios, al tiempo que moderó levemente la dinámica del gasto primario y aumentó el financiamiento a través de las colocaciones de deuda -principalmente indexada-. Esto le quitó presión al mercado cambiario y permitió contener las cotizaciones en el mercado paralelo gradualmente. Al mismo tiempo, el contexto internacional, con los commodities agrícolas alcanzando el mejor nivel de los últimos 5 años, contribuyó a que las expectativas de un salto discreto del tipo de cambio fueran menguando. Con la inflación en alza, el gobierno intenta una nueva estrategia: anclar el tipo de cambio para contener la dinámica de precios.
Todos estos eventos repercutieron en los bajos valores actuales. Entonces, resta analizar si ahora hay atractivo para iniciar una cobertura cambiaria, o si es preferible mantenerse al margen, esperando más caídas.
¿SON ATRACTIVOS ESTOS PRECIOS?
Si bien el gobierno maneja un escenario devaluatorio de 25%, basándonos en experiencias pasadas, estos objetivos suelen buscar anclar expectativas más que acertar. Al ser un año electoral, es necesario buscar una recuperación de la actividad para mejorar las perspectivas, esto conllevaría un incremento de la demanda agregada que vería su correlato en mayores importaciones. A menos que las exportaciones se incrementen en igual o mayor proporción, esto traería presión sobre las reservas del BCRA y el tipo de cambio.
Una manera de obtener un marco de referencia es comparar ROFEX con el relevamiento de expectativas de mercado (REM). La devaluación esperada por el relevamiento suele acompañarlas en buena medida. Sin embargo, lo habitual es que los valores de ROFEX estén levemente por encima, lo cual es razonable: dicha diferencia es una “prima de cobertura” que el comprador de dólar futuro está dispuesto a abonar.
Esta prima mencionada no suele superar el 5% en los periodos de calma; durante los picos de tensión, en cambio, suele superar el 20%. Actualmente, se encuentra invertida: por primera vez en mucho tiempo, el mercado espera menos devaluación que el REM. Señal de que los precios actuales son bajos.
CONCLUSIÓN
En caso de buscar cobertura cambiaria y que los precios actuales de dólar futuro sean considerados como aceptables, es un gran momento para cubrirse: la comparación con las tasas implícitas de meses anteriores y el REM indican que estos precios son baratos. Además, Argentina enfrenta un año con muchos eventos que podrían, en caso de tener un mal desenlace, elevar muchísimo las expectativas devaluatorias. Tal como viene pasando en los últimos años, no estamos exentos de escenarios inesperados que estresen mucho el contexto.
Por otro lado, si buscamos obtener ganancias con la operatoria, lo cierto es que no vemos un buen punto de entrada a estos valores.