EE.UU. experimenta una compleja situación con elevada inflación, política monetaria contractiva y una marcada desaceleración económica. La incertidumbre se concentra en cuánto demora en bajar la inflación y qué tanto desacelera la economía. En esta nota exploramos distintos escenarios y cómo posicionarse frente a ellos.

El escenario actual es más cercano a un soft landing con desaceleración de la actividad económica y de la inflación. El IPC de agosto marcó un alza de sólo 0,1%, que se explica principalmente por una fuerte desaceleración en los precios de la energía (-5% mensual), mientras que la inflación anual se mantiene muy elevada en 8,3% y muy alejada al 2% de inflación que busca la FED. Además, la inflación de servicios – que concentra el 50% de la canasta – volvió a acelerarse: marcó un alza de 0,6% m/m y 6,1% i.a.. La inflación en este rubro se caracteriza por desacelerarse de forma más lenta que en el resto. 

Por su parte, el empleo (el otro objetivo de la FED) muestra resultados de creación muy sólidos: 315 mil nuevos puestos en agosto (frente a los 164 mil en promedio en 2019) y un desempleo que se ubica en apenas 3,7%, prácticamente en pleno empleo. Estos registros hacen que sea más improbable observar una fuerte desaceleración en los salarios; están creciendo arriba del 5%, lo que explica buena parte de los costos de los empresarios del rubro servicios y sigue presionando a los precios. 

El elevado registro de inflación y los buenos registros de empleo llevan a la FED a acentuar su política monetaria contractiva. No obstante, no es claro cuál va a ser el recorrido futuro de la inflación y de la desaceleración económica. Consideramos importante entender los escenarios que se abren para poder maximizar los mejores rendimientos y la resiliencia de las carteras. 

Soft-landing. Consiste en una leve desaceleración de la actividad con inflación a la baja, por lo que la economía evita un ciclo recesivo. Este es el escenario más benigno para la economía ya que la inflación desacelera camino al 2% y con ello las tasas empiezan a bajar. Con la expectativa de una política monetaria menos contractiva y una inflación a la baja, la economía empieza su recuperación y los activos más cíclicos rebotan. Este rebote probablemente será más paulatino que en otros períodos en línea con un proceso desinflacionario al mismo ritmo. En esta situación, es importante mantener acciones defensivas ya que la recuperación puede tener su volatilidad, pero disminuyendo paulatinamente su ponderación. Las acciones más cíclicas de consumo discrecional, materiales y servicios financieros van a ser las que aprovechen ese rebote, pero también observaremos una importante volatilidad mientras se define el escenario. La posibilidad de este escenario no es alta ni tampoco es cercana en el tiempo ya que la inflación en servicios lleva tiempo en bajar. En el mejor de los casos se podría esperar que esto recién suceda a comienzos del próximo año.

No-landing. Contempla una leve desaceleración de la actividad económica pero sin disminución de la inflación. En este escenario es probable que la FED no vuelva a cometer el error de demorar demasiado la suba de tasas de interés y acentúe su política monetaria contractiva. Con menor ritmo de actividad, altas tasas de inflación e interés es preferible mantener acciones defensivas. Por otro lado, salvo los bonos que ajustan por inflación beneficiados por la sorpresa inflacionaria, es probable que la renta fija en este escenario continúe registrando pérdidas a medida que incorporan la mayor inflación y las tasas de políticas monetarias más altas se extiendan por un tiempo mayor al esperado. Esta dinámica no duraría por mucho tiempo ya que la suba de tasas de la FED más abrupta hará que la desaceleración económica se profundice. En este sentido, es un escenario que duraría poco tiempo y probablemente lleve al escenario de hard-landing.

Hard-landing. Supone una fuerte desaceleración económica con inflación a la baja. En este escenario, la inflación empieza a bajar de manera abrupta por un fuerte shock en demanda y de expectativas. La dura desaceleración económica lleva a una mayor incertidumbre y la calidad gana más importancia tanto en bonos como en acciones. Esta situación junto a un flight to quality llevan a que los bonos del Tesoro se vean beneficiados por la baja de tasas. Por otro lado, los bonos de baja calificación van a verse negativamente afectados por la prima de riesgo. En acciones, las posiciones defensivas siguen siendo un buen resguardo, pero empieza a ser atractivo posicionarse en las tecnológicas grandes de calidad debido a su sensibilidad a las tasas con tasas a la baja y a la fortaleza de sus ingresos en escenarios de desaceleración económica. En la recesión de 2009 la caída de las ventas de empresas del SP500 fue de 13%, mientras que grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Oracle, Apple y Alphabet tuvieron mejores desempeños (-5% i.a., -1%, +27% y 9%, respectivamente).

En resumen, la incertidumbre se mantiene en el corto plazo mientras no se defina el sendero de la desinflación y el nivel de desaceleración económica. Es algo que llevará tiempo y la escena no estará exenta de volatilidad. Por eso, es importante considerar los distintos escenarios a la hora de armar la cartera.

Mientras se transite este camino de elevada incertidumbre y volatilidad es recomendable ponderar bonos. En línea con nuestra cartera sugerida es recomendable posicionarse mayoritariamente en bonos de calidad (tesoro) y en la parte larga de la duración de la curva. Actualmente presentan la característica de que las tasas que están pagando son elevadas para la historia reciente, lo que las hace atractivas con la cualidad adicional que correlacionan negativamente ante un evento de hard-landing. En menor medida, tener activos que ajustan por inflación por si el escenario de no-landing se materializa con mayor intensidad. En acciones, la posición defensiva con salud, servicios públicos y consumo defensivo permiten transitar prácticamente todos los escenarios. Mientras que es recomendable a medida que se materialice la desinflación ir incorporando acciones que puedan beneficiarse de una fuerte baja de tasas, como son las tecnológicas de calidad, y ser más paciente con las cíclicas (consumo discrecional, materiales y servicios financieros).