¿Cómo se compatibilizan los temores de recesión con una fuerte creación de empleo, producción industrial y una actividad en servicios a buen ritmo? Ciclo económico. En la siguiente nota analizamos en qué fase del ciclo se encuentra la economía americana y qué se puede esperar para los próximos meses.
El empleo mantiene buen ritmo. En mayo se crearon 390 mil nuevos puestos de trabajo no agrícolas, muy por encima de lo observado previo a la pandemia (152 mil mensuales en promedio en el 2019). Por su parte, la tasa de desempleo se mantuvo estable en 3,6%, siendo uno de los mínimos registros de la historia. Datos más actualizados, como las peticiones semanales de seguro de desempleo de la última semana, se ubicaron en 229 mil, registros cercanos a los de la prepandemia (218 mil en promedio registrados en 2019).
La producción industrial y de actividad en servicios muestran buenos registros. En mayo, la producción industrial se expandió un 0,2% mensual (5,8% respecto a un año atrás). Además, el PMI de manufacturas de junio presentó un registro de 52,6, lo que representa que el sector continúa en expansión, mientras que el de servicios también se mantuvo en expansión (51,6).
Sin embargo, ya se observa una caída del consumo. En mayo las ventas nominales cayeron 0,3% m/m, fuertemente afectadas por la caída de venta de automóviles de 3,5% m/m. Esa caída se refleja en una baja en la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que ya se encuentra en su menor registro histórico desde 1980. Uno de los motivos de esta caída es la disminución de salarios reales de 3.8% i.a. en mayo, profundizando la baja frente al mes anterior (-3.4%), explicada principalmente por la aceleración de la inflación. A esto se le suma la suba de tasas de interés de la Reserva Federal, que contemplaron incrementos en todas las tasas del sistema. Las tasas de créditos hipotecarios a 30 años presentaron su mayor registro desde el 2008, ubicándose en 5,8% – desde el 2,9% del año pasado –.
Los inventarios se empiezan a recuperar desde mínimos históricos. Durante la pandemia, la producción de bienes estuvo seriamente afectada, mientras que la demanda se mantuvo elevada con programas de estímulos fiscales y monetarios récord por parte de los gobiernos. Últimamente, la producción industrial ha podido incluso superar registros observados previos a la pandemia y, en conjunto, la caída de las ventas se ha traducido en una recomposición de los inventarios desde mínimos históricos. En mayo, el stock de viviendas nuevas a la venta alcanzó los 7,7 meses de ventas, situándose por encima del registro prepandemia (5,7 en febrero del 2020). En abril, los inventarios de ventas minoristas alcanzaron el 1,18, frente al 1,09 que encontraron en octubre del 2021. Reportes más actualizados de tiendas minoristas – como lo fue el de Target – marcan que recientemente han tenido inconvenientes por excesivos inventarios que repercutieron en sus estados financieros.
En definitiva, la caída de las ventas y recomposición de inventarios va a llevar a desacelerar la producción y luego la disminución de personal. Eso marca que no son contradictorios los indicadores, sino que hay algunos sectores que ya han reaccionado a la desaceleración por el aumento de la inflación y las tasas, mientras que otros sectores hacen de manera más paulatina. Para los próximos meses, no se espera que esta tendencia se revierta, al menos hasta que se observe una desaceleración de la inflación que, como ya señalamos en la nota Tasas altas llegaron para quedarse, no parece que sea pronto. Por ahora, la economía se encuentra en una fase inicial de desaceleración del ciclo y habrá que seguirla de cerca para saber la magnitud de esta desaceleración.
Oportunidades de inversión
Para perfiles más conservadores y de largo plazo, hay tasas de interés en ciertos bonos que resultan atractivas: este es el caso de los bonos Investment Grade, a través del ETF LQD. Con la reciente suba de tasas, el índice ICE del Bofa (rendimiento de bonos Investment Grade de referencia) marca rendimientos del 4,2%, su mayor registro desde la crisis financiera del 2009. Estos rendimientos resultan atractivos en vistas a esperar que el mercado muestre una mejor definición haciendo tasa. Por otro lado, no es claro que el shock de subas de tasa de interés haya alcanzado su punto máximo, por lo cual, si bien estos instrumentos muestran rendimientos atractivos, puede que todavía no hayan encontrado piso.
Respecto a las acciones, recomendamos posicionarse en activos defensivos. Con una inflación persistente es difícil imaginarse una baja fuerte de tasas que impulse al mercado y a la economía. En ese sentido, las acciones de sectores de servicios públicos y de salud son las que resultan menos afectadas por los ciclos de la economía y, además, suelen estar mejor preparadas para una suba de tasas, considerando los altos dividendos que presentan. Se puede acceder a estos sectores con el ETF XLU para servicios públicos y el XLV para salud. En lo que va del año, muestran desempeños del -3,0% y del -9,5%, respectivamente, frente al -19% del S&P 500.