¿Qué se discute?

El conflicto entre Rusia y Ucrania data desde 1991, cuando al disolverse la Unión Soviética, varios de sus territorios -entre estos Ucrania- decidieron independizarse. Sin embargo, el principal inconveniente surgió cuando Ucrania comenzó a entablar relaciones con Europa occidental y a negociar su ingreso como miembro formal de la OTAN (actualmente es socio). Esta organización tiene entre sus principales aliados a Estados Unidos, Francia, Reino Unidos y Canadá -entre otros-, por lo que la adhesión por parte de Ucrania haría perder la influencia directa de Rusia sobre este país.  

En las últimas semanas, la tensión se ha disparado con la movilización de más de 190.000 soldados rusos hacia la frontera con Ucrania. Sin embargo, el mayor avance se dio el lunes 21 de febrero, luego de que Vladimir Putin reafirmara a las regiones separatistas de Donetsk y Luhansk como independientes, y movilizara parte de sus tropas hacia esa región. Esto fue considerado una “grave violación a la ley internacional”, al intervenir en la soberanía e independencia ucraniana, por lo que varios países miembros de la OTAN decidieron aplicar distintas sanciones económicas al país ruso. 

Entre las medidas, se destacaron diferentes sanciones a bancos, restricciones sobre la deuda soberana y la detención del gasoducto Nord Stream 2 por parte de Alemania. El objetivo de las mismas es, además de limitar el financiamiento externo hacia Rusia, intentar disuadir al país de continuar con la invasión a Ucrania. Sin embargo, los mercados esperaban medidas aún más restrictivas, ya que varias de las entidades sancionadas no tienen una gran operatoria en Europa y en Estados Unidos.

Prudencia

En este contexto, los mercados profundizaron las pérdidas que venían mostrando desde principios de año, dejando a los principales índices americanos en zona de corrección, por primera vez desde el shock de la pandemia en marzo de 2020. Por el momento, nuestro escenario base contempla que la escalada bélica no debería llegar a niveles globales, pues la OTAN anunció que no contempla una acción militar, sino que apuntará a sanciones económicas más severas. Pese a la incertidumbre que implica este escenario, encontramos oportunidades de inversión para posicionarse en distintos sectores.

Oportunidades de inversión

I. Commodities energéticos: petróleo y gas natural

Rusia es un actor central en el comercio mundial de energía. Sus exportaciones de petróleo y gas representan el 10% del comercio global, y es el principal proveedor de Europa. La invasión rusa está decantando en inconvenientes en los suministros, tanto de petróleo como de gas natural. Esto limita los suministros energéticos, lo que impulsa el precio de ambos commodities. Tanto el petróleo como el gas natural se encontraban al alza, con subas de 12,6% y 15% respectivamente en el último mes, lo que se intensifica con la invasión. De esta forma, se observa una suba en el sector energético, que se podría aprovechar al invertir en el ETF XLE, que ya acumula un alza de 20% en lo que va del año, siendo así el único sector ganador entre los que componen al S&P.

II. Minerales y Agro

Sumado a lo energético, Rusia es una de las principales productoras de minerales como platino, níquel, hierro, plata y -en menor medida- cobre. A su vez, es un gran productor mundial de cereales, al igual que Ucrania, por lo que también se ve afectado el abastecimiento mundial de estos productos, lo que concluye en un alza en sus precios. Esto ya viene ocurriendo, como es posible observar en los ETF que representan a las Mineras (XME) y al sector agropecuario (DBA), que avanzan 10,8% y 13,9% en lo que va del año. 

III. Oro

El oro, a pesar de ya no ser considerado la principal reserva de valor luego del dólar, continúa manteniéndose como uno de los principales refugios ante estos contextos de incertidumbre. Por esta razón, el ETF GLD -que mide al commodity- viene avanzando un 4,1% en lo que va del año, superando ampliamente al S&P, que acumula una baja del 10%. Es posible adquirir este activo mediante el ETF mencionado o por medio de nuestra cartera G (Gold), que invierte en las cuatro principales mineras a nivel global.

IV. Sector de defensa

Bajo el contexto actual, muchos de los países suelen aumentar los gastos de su sector militar. Tanto el sector armamentista como el aeroespacial pueden ver su demanda en aumento en el mediano plazo, lo que concluye en una suba en sus acciones. En el área de armas, se destaca Lockheed Martin (LMT), la principal productora, que ya acumula una suba del 11% en lo que va del año, mientras que Boeing se destaca en el sector aeroespacial. Sin embargo, esta compañía también se ve perjudicada por la disminución de vuelos comerciales bajo un escenario de conflictos geopolíticos, por lo que en caso de decidirse por el sector, recomendamos posicionarse en las empresas armamentistas. 

Dada la incertidumbre, volatilidad y velocidad de los acontecimientos en Europa, la diversificación de las carteras sigue siendo la principal recomendación para así aprovechar los movimientos que puedan llegar a darse. No es recomendable una gran rotación de cartera bajo este contexto, ya que muchos de los efectos podrían llegar a ser únicamente cortoplacistas.