El principio del año no se ha caracterizado por un buen desempeño en los activos globales. En lo que va de 2022, el índice de acciones global acumula una caída de 6,1%, de la mano de la baja de más de 7% en el mercado americano, 5,1% en el europeo y 2,8% en las bolsas asiáticas. La excepción a la regla son los activos latinoamericanos, que arrancaron el año con importantes subas, y las perspectivas son alentadoras.
Concretamente, mientras que el dólar se mostró estable frente a las principales monedas globales, respecto a las de Latinoamérica se debilitó. El real de Brasil se apreció 6,0%, el sol peruano 6,5%, el peso chileno 5,2% y el peso colombiano 3,%. En renta variable, el ETF ILF de acciones de América Latina subió 12,6%, impulsado por el ETF EWZ de Brasil, que subió 16.2%, el ECH de Chile lo hizo en 14,4% y, por último, el ICOL de Colombia en 6,9%. A pesar de la fuerte suba, hay algunos activos que todavía se encuentran muy alejados de mínimos históricos, y pueden resultar interesantes de cara a 2022.
Estos resultados contrastan con los del año pasado, cuando en un contexto en el que los mercados globales alcanzaron nuevos máximos, estos índices acumularon un fuerte castigo: el ECH cayó un 24%, el ILF un 20,1%, el EWZ un 15,6% y el ICOL un 12%. Las razones que podemos encontrar son varias: el principio del ciclo de endurecimiento de la política monetaria de la FED (tightening), aceleración inflacionaria que llevó a una rápida y contundente reacción de varios bancos centrales con suba de tasas, el fuerte impacto del COVID-19 en la región y, como es habitual, la inestabilidad política que la caracteriza.
En 2022 la situación encuentra ciertas mejoras. La rápida reacción de los bancos centrales locales probablemente dio sus frutos y brindó estabilidad en las monedas, incluso en un período de fortaleza global del dólar. Además, la región ya acumula 68% de vacunados con dosis completas, superando ampliamente a regiones de Asia (61%) y África (11%), pero también a Norteamérica (60%) y Europa (63%).
Al profundizar el análisis de estos activos se observa cierta heterogeneidad, que probablemente se profundice a medida que avance el año, particularmente en el escenario político, con un año muy cargado y afectado luego del fuerte shock económico que resultó el COVID-19 para la región.
En Brasil, las elecciones presidenciales a celebrarse en octubre muestran al ex presidente Luiz Ignacio Da Silva con fuertes posibilidades de volver al poder. Sin embargo, los giros hacia el centro y el recuerdo de su manejo económico ortodoxo en su anterior gobierno da cierta tranquilidad de cara al proceso, al menos en el corto y mediano plazo.
El caso de Chile todavía mantiene incertidumbre por la redacción de la nueva Constitución. Pese a las señales hacia el centro que ha mostrado su nuevo presidente electo, no hay indicios de moderación de parte de la convención. A modo de ejemplo, se mantienen discusiones de proyectos como la nacionalización de las explotaciones mineras, donde las mineras tienen gran ponderación en su índice ETF ECH. El plebiscito de salida será en septiembre, pero puede extenderse el plazo de redacción de la nueva Constitución.
Colombia también tendrá elecciones presidenciales en mayo, donde las intenciones de voto ponen primero al candidato izquierdista Gustavo Petro, un economista, exguerrillero y exalcalde de Bogotá. Una de sus propuestas de campaña es suspender la exploración de petróleo. No es claro que pueda llevar a cabo esta medida, pero sí podría traer volatilidad. Las empresas relacionadas al petróleo tienen una importante ponderación en su índice ICOL.
En Perú, su nuevo presidente Castillo mantiene cambios constantes en su gobierno y gabinete. La estabilidad de los activos peruanos probablemente esté explicada por su baja aprobación y consiguiente probabilidad de destitución, siguiendo la misma suerte que su antecesor en el cargo, que le impidan realizar cambios significativos.
Así las cosas, si bien la situación política es un aspecto que le aporta volatilidad e incertidumbre, varios índices en la región son actualmente atractivos en términos históricos, y exhiben una buena oportunidad de entrada. En un contexto en el que esperamos que la FED suba la tasa gradualmente -aunque seguirán muy lejos de la inflación-, el dólar continuará débil y, con ello, los commodities se mantendrán con muy buenos precios -más aún cuando hay problemas de oferta en varios de ellos- (conocé más en nuestro último House View global). Dada la composición de los índices de la región, en la que se destaca la elevada participación de commodities, energéticas y del sector financiero (ver gráfico “ETF - exposición por sectores”), los activos de la región son un buen instrumento para aprovechar este escenario.