Los precios de los activos financieros brasileños están en niveles históricamente bajos, mientras que la incertidumbre política y la situación global no ayudan. Sin embargo, la actividad económica se recupera y la inflación muestra señales de desaceleración. ¿Es momento de compra?
Mejoran los registros de actividad económica. Los datos de junio de PMI de manufacturas y de servicios se mostraron en expansión (54.1 y 60.8, respectivamente) y elevados en términos históricos (50.5 y 48.6 en promedio desde el 2012). La confianza del consumidor del mismo mes subió a 79 puntos desde 75 puntos del mes anterior y desde los 74 desde enero de este año. La creación formal de empleo se ubicó por encima de lo esperado (277 mil empleos frente a los 181 mil esperados) y el desempleo de mayo alcanzó un dígito por primera vez desde el 2016 (9,8%).
La inflación se muestra a la baja. El índice de precios al consumidor ampliado de junio marcó un registro de 0,67% m/m, levemente menor a la esperada (0,7%) y se aleja cada vez más del 1,6% observado en marzo. Por otro lado, los principales shocks que aceleraron la inflación, como la suba del tipo de cambio y la del precio del petróleo, quedaron atrás. Por último, y no menos importante, a diferencia de lo que sucedió en los países desarrollados, el Banco Central de Brasil comenzó a subir las tasas en abril del 2021 y es probable que los efectos de la política monetaria contractiva ya estén haciendo efecto.
Mejora su situación fiscal. En mayo la recaudación fiscal creció en 4% i.a. en términos reales y fue la máxima de la historia. Por su parte, el resultado primario en el acumulado del año alcanzó el mejor registro en nueve años con BRL 39.2 MM de superávit. Sin embargo, uno de los riesgos que presenta es el gasto electoral que se ha incrementado en los últimos meses. Recientemente, la Cámara de diputados aprobó un aumento de las transferencias a los sectores de menores ingresos y una disminución de los impuestos a los combustibles en BRL 41.3mm. No obstante, la magnitud de la expansión es bastante acotada y el gasto es de carácter transitorio, lo que probablemente será fácil de revertir en un futuro.
Las reformas económicas empiezan a tener efecto. Ante una de las crisis económicas más fuertes de su historia (2015-2016), Brasil respondió con un conjunto de reformas económicas muy amplias. Entre ellas encontramos a la reforma previsional, laboral, de independencia del Banco Central, impositiva, de privatizaciones, entre otras. El buen desempeño del mercado laboral y fiscal, y la mayor inversión observada, posiblemente se vieron afectadas de manera positiva por estas reformas. En el presente año es la única gran economía que ha ajustado sus proyecciones de crecimiento al alza: mientras que EE.UU disminuyó a 2,1% desde 3,9% de principios de año, las de Europa a 2,7% desde 4,2% y hasta las de China a 4,1% desde 5,2%, la de Brasil subieron de 0,7% hasta 1,4%
Riesgo político probablemente sobredimensionado. Las últimas encuestas marcan una ventaja del candidato Lula frente al actual presidente Bolsonaro. La encuesta de finales de junio del instituto FSB indican una ventaja para primera vuelta de 46% al ex-mandatario, frente a 39% del actual y de 59% a 41% para segunda vuelta. Las políticas fiscales más expansivas y la recuperación económica probablemente ayuden a que la carrera sea más apretada, pero es difícil que sea suficiente para revertir el resultado actual. Sin embargo, un triunfo de Lula es probable que traiga políticas pro-mercado, repitiendo lo que realizó en el 2002 cuando eligió a Meirelles en el Banco Central y mantuvo un superávit primario durante todo su mandato. Esto se intensifica ya que la situación económica no es robusta para emprender con éxito políticas populistas de expansión del gasto público cuando todavía se necesita consolidación fiscal. Además, un triunfo electoral ajustado no le brinda márgenes políticos para cambios radicales.
La invasión de Rusia a Ucrania le abrió un espacio en mercados internacionales. Rusia y Ucrania son dos países muy importantes en la provisión global de commodities, entre ellos: 25% trigo, 54% aceite de girasol, 11% petróleo, 24% gas, entre otros. Entre las disrupciones de la invasión y las sanciones económicas llevaron a que la oferta se vea severamente afectada. Uno de los principales proveedores global de commodities es Brasil, que puede verse beneficiado con los aumentos del precio de los commodities y disminución de la oferta global.
Más allá de estos avances, vale destacar que la dinámica no está exenta de riesgos:
- Rusia puede volver a los mercados. El escenario más improbable es que la guerra termine pronto y que los mercados internacionales retornen a como lo eran anteriormente. El más probable es que Rusia eventualmente pueda volver a colocar sus productos, pero en otros mercados como China y/o India. Este escenario no es sencillo ni rápido ya que incluye inversiones en infraestructura para que sea posible. Sin embargo, es de esperar que en los próximos meses y años esta tendencia se consolide. Esto probablemente llevará a los commodities al precio anterior a la invasión en Ucrania como ya viene sucediendo.
- Riesgos globales. La economía mundial transita una desaceleración económica que probablemente termine en recesión en los principales países desarrollados. Con el aumento de la inflación y la abrupta política monetaria y fiscal contractiva los pronósticos de recesión para este año y el próximo aumentan. Además, China no logra dar por finalizado completamente el covid mientras persisten riesgos en su sector inmobiliario recalentado. Estos riesgos de desaceleración económica junto a tasas altas son el mayor lastre a los activos financieros globales, incluso a los que ya presentan buenos fundamentos como es el caso de Brasil. Además, es de esperar que si se agudiza la desaceleración global los commodities se verán afectados y con ellos los grandes exportadores como Brasil
Oportunidad de inversión
En resumen, Brasil muestra buenos fundamentos económicos y políticos y buenos precios de entrada. Sin considerar la pandemia, el índice EWZ se encuentra en uno de sus registros más bajos desde el 2016, pero la situación financiera y económica global puede encontrar dificultades para su recuperación e incluso caer a precios más bajos. Pese a que es un activo muy interesante es recomendable proceder con precaución.