Finalizó una semana atravesada por la tensión: el ministerio de economía tuvo una mala renovación de deuda doméstica en la licitación (obtuvo $38.000 M de los $75.000 M que buscaba recaudar); la inflación minorista arrojó una lectura muy preocupante (4,8%); y se dieron a conocer restricciones ampliadas de movilidad acompañadas por planes de ayuda estatal. En este contexto, el mercado reaccionó acentuando su búsqueda de cobertura cambiaria: los contratos de dólar futuro de ROFEX mostraron subas de hasta 3%, siendo los meses lejanos los más alcistas.
Con estas subas, las tasas implícitas para el periodo mayo-noviembre subieron desde el rango de 34%-37%, la semana pasada, al 35-43% actual.
El Banco Central mantiene vigente su ritmo devaluatorio en torno a 5 centavos diarios (22% anualizado), al margen de que el contrato más cercano -abril- muestra una implícita en torno al 39% medido en TEA. De mantenerse el ritmo, el dólar finalizaría el mes en 93,48, casi 50 centavos por debajo de lo que espera ROFEX ($93,97).