Cerrado el calendario económico americano, se consolidó un escenario de alto crecimiento y resiliencia de la inflación, lo que obligó a mantener tasas de interés altas por más tiempo. El mercado tuvo una última semana del año relativamente calma, en la que los rendimientos de los bonos del Tesoro siguieron en alza y las acciones lograron un leve repunte. El dólar a nivel global hizo una pausa y se mantiene en los niveles más altos del año, mientras que los commodities lograron cierto repunte de la mano del petróleo. Se cierra un 2024 inolvidable para las acciones, con el S&P 500 ganando 25%, pero con un comportamiento dispar entre el Nasdaq, que se quedó con el podio al subir más de 30%, y el Dow Jones, que avanzó 14%. Para la renta fija, fue un año de normalización de la curva, con presión sobre el tramo largo, lo que golpeó a los índices de renta fija de mayor duration. La fortaleza de la economía americana, en un contexto global más incierto y frágil, dio mayor impulso al dólar y al mercado americano, mientras que las acciones del resto del mundo cierran el año con una ganancia de apenas 3,0%. Esta semana volverá a ser liviana en cuanto a eventos económicos, por lo que las miradas de los inversores seguirán estando en los anuncios que pueda hacer Trump.
Reflation. Como lo marcamos a lo largo de todo 2024, la performance de la economía americana sorprendió positivamente al mercado, obligándolo a modificar sus expectativas. Lejos de moderarse, el crecimiento económico superó las proyecciones e incluso aceleró en el margen, terminando el año con un ritmo de expansión del PBI superior al 3% anualizado. Este desempeño permitió un buen dinamismo en el mercado laboral, con una baja tasa de desempleo y salarios en alza, tanto en términos nominales como reales. Por el lado de la inflación, si bien continuó desacelerándose, en la segunda mitad del año este proceso se estancó, limitando la convergencia al objetivo de política monetaria. En este contexto, la Fed comenzó a bajar la tasa a partir de septiembre: primero con un recorte “jumbo” de 50 pb y un discurso más preocupado por la actividad que por la inflación, aunque luego moderó el ritmo con dos recortes de 25 pb cada uno. Sin embargo, en su último informe, indicó que en 2025 sólo recortaría la tasa dos veces. Le dio "presente" al mercado, pero le quitó "futuro".
Tasas más altas. Pese a que no hubo eventos económicos relevantes en la última semana, los rendimientos de los bonos del Tesoro volvieron a operar al alza, especialmente en los tramos largos, y cerraron entre los niveles más altos del año, apenas por debajo de los máximos de mayo. La UST2Y cerró en 4,33%, prácticamente sin cambios respecto a la semana previa, aunque acumula una suba de 15 pb en el mes y de 8 pb en lo que va del año. La UST10Y terminó la semana en 4,62%, con un incremento semanal de 9 pb, 43 pb en lo que va de diciembre y 76 pb en el año. Este contexto golpeó a la renta fija, que tuvo otra semana negativa con una caída promedio de 0,3%, acumulando una pérdida de 2,6% en diciembre y en el año. Entre los bonos corporativos, los Investment Grade, afectados por su mayor duration, sufrieron más, con bajas de 3,5% en el mes y 3,6% en el año. Por su parte, los High Yield, aunque acompañaron la tendencia general en diciembre con una caída de 1,9%, acumulan una ganancia de 1,5% en el año, reduciendo su spread con los bonos del Tesoro al mínimo. Finalmente, los bonos emergentes cayeron 0,3% en la semana, 3,1% en diciembre, aunque en el acumulado anual prácticamente cerraron sin variaciones.
Súper dólar. La fortaleza de la economía americana, junto con un tono más duro de la Fed en un contexto internacional mucho más incierto para el resto del mundo, generaron las condiciones para el fortalecimiento del dólar frente a todas las monedas. En diciembre, el DXY subió un 1,9%, impulsado principalmente por una ganancia del 4,3% frente al yen japonés, mientras que contra el euro avanzó un 1,3%. Con este resultado, en el año el DXY ganó un 6,8%, destacándose un alza del 11,7% frente al yen –que cotiza en USDJPY 157– y del 6,1% frente al euro. Contra el yuan, el dólar subió un 0,7% en el mes y un 2,7% en el año. Respecto al real brasileño, a pesar de las intervenciones del Banco Central de Brasil para contener la corrida, el tipo de cambio terminó la semana en USDBRL 6,20, acumulando un alza del 2,8% en el mes y del 27% en el año.
Volatilidad, heterogeneidad y caída en los commodities. Los precios de las materias primas tuvieron una semana tranquila, con leves ganancias generalizadas. Presionado por la caída de inventarios en EE. UU., el petróleo WTI subió un 1,6% hasta USD 70,6. El cobre repuntó un 0,5%, y la soja avanzó un 0,6%, cerrando la semana en USD 360 por tonelada. Una mirada más amplia muestra que 2024 fue un año muy volátil para los commodities, con un saldo negativo generalizado, especialmente en los agrícolas, destacándose la caída de la soja. Concretamente, el petróleo cerró el año con una baja del 1,5%, el cobre con un alza del 4,7%, mientras que la soja terminó con una caída del 24%. Entre los commodities agrícolas, se destacó el maíz, que en el último mes subió un 7,3%, cerrando el año con una baja de apenas el 4%. Por su parte, el trigo ganó un 3% en diciembre, reduciendo la pérdida anual al 13%. En cuanto a los metales, el aluminio cerró el año con un alza del 8% i.a., mientras que el acero registró una caída del 17% i.a.
La fortaleza de las tecnológicas. En la última semana, las acciones tuvieron una leve recuperación tras las caídas registradas en las dos semanas previas. El S&P 500 subió un 0,7%, aunque en su medición equiponderada cerró sin cambios. Por su parte, el Nasdaq avanzó un 0,6% y el Dow Jones un 0,3%. Los sectores de mejor desempeño durante la semana fueron tecnología, salud y financiero, mientras que los más rezagados fueron consumo, real estate y materiales. Si bien este repunte estuvo lejos de constituir un "rally navideño", las acciones cierran el año con excelentes resultados, aunque con una marcada heterogeneidad. Los grandes ganadores fueron las tecnológicas, agrupadas en los sectores de tecnología, comunicación y consumo discrecional, que en promedio ganaron un 30%, destacándose las "Magníficas" que, impulsadas por Nvidia, subieron un 50%. Le siguieron las acciones del sistema financiero, utilities e industriales, con subas del 30%, 20% y 17%, respectivamente. Esto permitió que el Nasdaq cierre el año como el gran ganador, con un alza del 31%, seguido por el S&P 500, que subió un 25%, y más atrás el Dow Jones, con un avance del 14%. La heterogeneidad quedó en evidencia, ya que la ganancia del S&P 500 equiponderado fue de "apenas" un 12%, mientras que las small caps registraron una suba del 11%.
Lo que viene. Semana liviana en términos de calendario económico debido a los feriados por las fiestas. La atención seguirá centrada en los rendimientos de los bonos del Tesoro y en los anuncios que pueda realizar Trump antes de asumir, con un foco especial en la política arancelaria y el ajuste fiscal.