El escenario macro de Argentina se presenta más complicado que el resto de la región a excepción de Venezuela naturalmente. Se espera que continúe la recesión debido a las inconsistencias de un modelo sin un plan definido pero sobre todo por los costos de la cuarentena.

En estas líneas presentamos un desequilibrio macro fundamental en nuestra economía de corto plazo que es la inflación. El acuerdo de precios ha sido una medida sistemática del gobierno para estabilizar durante el kirchnerismo y vuelve a serlo en la actual gestión del Frente para todos. Pareciera que estos controles tienen un escaso resultado. Un plan agresivo anti inflación está pendiente pero parece que no lo veremos a corto plazo. En comparación con nuestra historia económica desde los '60 la tasa actual de inflación es alta.

Podría considerarse una inflación moderada si estuviese en un nivel de 20 % según Heymann, el mayor experto nacional en inflación. Sin embargo, nuestra experiencia ha sido traumática con el fenómeno. La inflación nunca ha sido neutral para el sistema económico. La inflación se ha estabilizado en 2020 en el corredor del 45% anual y no parece que vaya a escalar fuerte en el próximo cuatrimestre pero tampoco se ve claro que pueda descender fácilmente. Interesa entonces el análisis causal de la inflación de Argentina.

El fenómeno de la inflación instalado en dos dígitos desde 2007 obedece a diversos factores relacionados, a su vez, entre sí. Desequilibrio fiscal. Se fue corrigiendo después de varios años de desequilibrio en el final del kirchnerismo el déficit primario en la gestión de Macri.

La tentación de recurrir al financiamiento vía impuesto inflacionario es importante en la emergencia. El déficit fiscal de Argentina es actualmente de 8% por los costos asociados a la cuarentena. Los valores de déficit de varios países europeos que transitan una crisis de deuda son importantes.

Se espera para el año 2021 un déficit superior al 5% del PIB en Argentina, superior al promedio de la convertibilidad. Si se aspira a un sendero de convergencia hacia una menor inflación es clave el déficit fiscal global sea inferior a 4 %, de lo contrario la misma puede descontrolarse al no existir un ancla firme en las expectativas. Insuficiencia de inversión. La falta de oferta supone que la demanda agregada presione sobre los precios y es un factor inflacionario a considerar. Expansión monetaria. Tenemos un Banco Central alineado con el Poder Ejecutivo. El programa monetario no es tampoco precisamente un ancla para contener la expansión de la Base Monetaria. Esta tasa de expansión que fue bien reducida en los años de Macri no contribuyó a frenar la inflación del gobierno anterior. Puja distributiva. La presión constante de los gremios para elevar los salarios en el marco de las paritarias genera costos laborales crecientes que se trasladan a precios pero pareciera que en el contexto actual hay cierta desindexación en las paritarias que se van cerrando y esto favorece un proceso de convergencia. Estructuras oligopólicas de los mercados. Las cadenas de valor forman precios que se originan en algunos casos en prácticas no competitivas.

Este argumento es utilizado por economistas heterodoxos, a veces en forma exagerada ya que entre 2004 y 2006 no había prácticamente inflación y la estructura industrial era básicamente la misma. Gasto público. Este factor se vincula estrechamente al argumento del déficit fiscal.

Es sabido que durante el kirchnerismo el gasto público consolidado en relación al PIB llegó a superar el 45%, cuando fue de 30% en los años de Alfonsín y Menem. Este gasto influye en la inflación Inercia. La inflación instalada fija expectativas para el futuro. En la psicología de los agentes la inflación está instalada en un nivel de 50 %.

¿Cómo está Latinoamérica en este frente? En general la situación está bajo control. Venezuela es una excepción y posee una inflación descontrolada. El resto de los países de la región se caracteriza por funcionar con “metas de inflación” compatibles con regímenes de tipo de cambio flexibles que son los que se han extendido en Latinoamérica. En el mundo podría decirse que la inflación ha desaparecido. Sólo 5 países tienen una inflación superior a 20% y un grupo de 15 países tienen una inflación entre 10 y 20%.

¿Cuáles son los costos de la inflación? La inflación tiene consecuencias distorsivas en el monto de la inversión bruta. Por otra parte es la responsable en el deterioro del tipo de cambio real. Como es sabido los precios relativos se alteran y generan desequilibrios.

¿Cuál es la motivación del gobierno para encarar el fenómeno inflacionario? Quizá se consideró muchas veces desde el Poder Ejecutivo que lo relevante ha sido más que la expansión del nivel de actividad que alcanzar la estabilidad. En el contexto actual no estamos viendo, ante la recesión económica, que decline la tasa de inflación como ocurrió en la crisis del 2009. Cada vez es más urgente encarar el problema, uno de los más severos de la macroeconomía junto con la caída del nivel de actividad.

Tenemos una inflación reprimida importante por los precios congelados, el tipo de cambio oficial con un crawling peg muy moderado, el cepo y la estructura de pases y leliqs que constituye una bomba de tiempo para la inflación por la deuda que acumula.

La gran pregunta es cuanto impactará la emisión que parece seguirá el año que viene en los precios cuando la economía empiece a rebotar y abandone la recesión. Estimo con gran incertidumbre una inflación en 2021 de 85- 100 %. No hay por ahora ningún riesgo de hiper. Esperemos el presupuesto para ver si se recupera la confianza y se puede encarar un plan estabilizador consistente.