El contexto político argentino se encuentra dominado por la gestión sanitaria y económica. En el comienzo parecía estar el Presidente más en el centro de la escena, posteriormente Cristina Fernández se hizo más presente y en el último tramo se la vio con mayor injerencia en las  decisiones. La agrupación Cámpora, con mucho protagonismo, conoce bien el Estado y tiene cuadros en puestos clave. Dentro del oficialismo, Massa actúa con diálogo fluido con Máximo Kirchner. Aparentemente el Presidente no quiere conformar una línea propia donde podría tener apoyo de los gobernadores peronistas y de fuerzas justicialistas más moderadas.

En el espacio  de Juntos por el Cambio sigue la polarización en dos líneas. Falta una autocrítica a su gestión de gobierno y también deberían desafiar al oficialismo con un plan de alternativo. Dentro de este espacio, se destacan una decena de  radicales de fuerte visibilidad pública. Carrió está ausente de los debates como lo había anunciado.

La imagen del Presidente es moderadamente alta a pesar que ha caído 20 puntos desde el inicio de la cuarentena. No así la de Macri y Cristina, las cuales son bajas. Tampoco han aparecido candidatos nuevos en la política. Si el Presidente gestiona bien la pandemia y la macro hacia un escenario más estable, tendrá liderazgo para encarar la elección de medio término.   Unas palabras del contexto político internacional. Merkel, en un marco de vacío de liderazgos ha sido un ejemplo de conducción a lo largo de más de una década. La elección de Estados Unidos es relevante para la región y para nuestro país. Si ganase Biden, triunfaría un demócrata de centro, a diferencia de Sanders. Los demócratas actuales  paradójicamente se llevan bien con Wall Street y con el libre comercio, cuestionados ambos por Trump. Son claves estos meses para seguir la elección del 3 de noviembre que promete ser muy reñida. En definitiva estamos transitando el peor año económico de la Argentina con chances de salir moderadamente en 2021, hay que seguir la macro local con un ojo también en un contexto internacional dinámico.


Por el lado regional, sin dudas también emerge una realidad política marcada por la crisis sanitaria. Si observamos un panorama general, en principio notamos que México está más cercano a Trump y Panamá se consolida como la economía más rica de Latinoamérica.  

Perú sólido en la macroeconomía, aunque con una estructura económica poco diversificada y demasiado primarizada. Por el lado de Chile, viene perdiendo protagonismo en la región. Se percibe una revisión de su modelo. Algunos analistas y académicos, uno de ellos es Sebastián Edwards, sugieren que en octubre pasado terminó el modelo liberal luego de 40 años y que es necesario un replanteo. En ese contexto, el Presidente Piñera continúa con baja popularidad pero mejor que a fin del año pasado. Contrariamente, Uruguay está sólido y con potencial, se destaca la buena convivencia política.

Finalmente, Venezuela sigue en una trampa de corrupción con graves desaciertos en su estrategia económica y social. Ciertamente, un país sin futuro dado que no se percibe el camino de salida del modelo autocrático chavista.