La aceleración de los contagios plantea tensiones para la gestión fiscal. Dada las necesidades financieras que emergen de ese contexto sanitario, se deberá plantear un esquema fiscal distante de la política de estabilización.
La recaudación tributaria nacional de marzo reiteró un crecimiento en términos reales respecto al mismo mes de 2020. La variación interanual de la recaudación ajustada por precios fue del orden del 23%.
RESUMEN
- La reversión hacia un escenario de mayor riesgo sanitario modifica el potencial esquema fiscal de estabilización y el objetivo sustentabilidad de las cuentas fiscales dando lugar a un nuevo exceso monetario.
- El potencial financiamiento por emisión monetaria derivado del rebrote del virus impulsará un mayor déficit fiscal que demandará flujos monetarios desde el Banco Central en un contexto de acumulación de desequilibrios.
- Se torna determinante una mejor gestión de vacunación a los efectos de que la economía no enfrente nuevas disrupciones en un contexto de vulnerabilidad económica lo cual puede acrecentar el conflicto social.
- La recaudación impositiva de marzo de 2021 totalizó $763.858 millones aumentando 72,2% respecto de marzo de 2020. El aumento nominal interanual de la recaudación se sostiene por encima del aumento de precios.
- La recuperación temporal del poder adquisitivo de la recaudación tributaria es del orden de 23% interanual aunque se compara con el inicio de las restricciones de 2020. Ciertamente, el aumento real de los recursos tributarios es un factor favorable en el desempeño futuro de las cuentas fiscales.
- El mejor desempeño de la recaudación se relaciona con los tributos de comercio exterior cuyo crecimiento fue de 132% derivado de un mejor esquema de precios internacionales.
- Las negociaciones con el FMI en relación al pago de la deuda actualizada en torno de U$S 46.000 millones siguen sin avances tras la incertidumbre y tensiones políticas sobre este tema.
- La reversión hacia un escenario de mayor riesgo sanitario modifica el potencial esquema fiscal de estabilización y presenta un desafío complejo para el gobierno en relación a la necesidad de sustentar las cuentas fiscales y evitar un nuevo exceso monetario.
- El potencial nuevo episodio de financiamiento por emisión monetaria impulsará un mayor déficit fiscal que demandará flujos monetarios desde el Banco Central. Esto puede transformarse en un factor de riesgo inflacionario y monetario acentuado por la acumulación de desequilibrios macroeconómicos no resueltos.
- En efecto, es posible que se replique el programa de exceso de gasto público aunque deberá tender a un nivel restrictivo para evitar no solo mayor fragilidad financiera, sino también para eludir nuevos impulsos sobre precios y tipo de cambio.
- Por lo tanto, es determinante que se dinamice el programa de vacunación. A los efectos de que la economía no enfrente nuevas disrupciones de oferta y demanda en un contexto de vulnerabilidad económica y social lo cual demandará un nuevo plan fiscal de contingencia.
- Si bien sería esperable converger hacia una gestión de regularización de pasivos con el FMI a los efectos de acceder a financiamiento frente a un nuevo deterioro sanitario, esta gestión seguirá detenida por la divergencia política.
- La recaudación impositiva totalizó $763.858 millones durante el mes de marzo lo cual representa un aumento nominal de 72,2% de forma interanual. Si se ajusta por la inflación de ese mismo período, la recaudación acumula siete meses consecutivos de variación real positiva y registra cierta aceleración desde diciembre de 2020.
- El desempeño estuvo influenciado por el crecimiento interanual de los tributos vinculados al comercio exterior (131,8%) donde los derechos de exportación mostraron un aumento de 145,7%. Mientras que el denominado impuesto P.A.I.S registró una caída en términos nominales del 9,6% interanual donde principalmente se observó una disminución del volumen de compras de moneda extranjera por viajes al exterior y atesoramiento.
- Se registró un aumento del poder adquisitivo de los ingresos del sector público nacional en 23% lo cual constituye un factor favorable y de sustento sobre la posición de las cuentas públicas reales. El crecimiento de los ingresos tributarios por encima de la inflación establece cierto espacio para la gestión fiscal ante el nuevo panorama sanitario, aunque esto deberá ser acompañado de una mayor eficiencia fiscal para evitar desalineamientos y profundización de las disrupciones económicas.