La tasa de desempleo es cercana al 12% y algo mayor en el conurbano. El desequilibrio en el mercado laboral es un escenario que veremos por algunos años. El excedente de mano de obra genera un problema estructural en la economía argentina. Hay aproximadamente 4 millones de ocupados en negro y 6 millones de trabajadores formales. Si tenemos presente que el 45% de los argentinos no terminó la secundaria, para combatir el desempleo es necesario crear puestos para una calificación profesional más limitada. El desempleo se relaciona con factores cíclicos. Es importante encarar su reducción de manera estructural y para enfrentar este desafío las pymes son claves por ser generadoras netas de empleo.
La Pyme es cada vez más una entidad formativa central en el sistema social dado el deterioro de la familia, la escuela y la desaparición del servicio militar. En los casi 4 años de gestión de Macri cerraron 5000 pymes contra 8000 que lo hicieron en el segundo mandato de Cristina. En la etapa final de la convertibilidad cerraron muchas más firmas de esa condición por tamaño y empleo.
El mayor problema de las pymes está en la presión tributaria, en el acceso al financiamiento y en el marco laboral. El acceso al crédito es muy limitado en Argentina: solo 14% del PIB es el ratio de depósitos a producto contra el 80% en Chile o más del 100% en EEUU. Por otra parte, las pymes representan una porción menor del total de préstamos (el 19%), por lo que el crédito a pymes representa solo el 2,5% del PIB y son préstamos de corto plazo. Por otra parte se esperaba con la reforma tributaria de 2017 que algunos impuestos distorsivos disminuyan su participación pero esto no ocurrió.
Se han dado estímulos desde el Estado. El gobierno está trabajando para impulsar a las pymes. La ley de emprendedores, por otra parte, es funcional a esta dinámica de mejora del mercado laboral. El Plan Empalme ha caído bien como propuesta (Cámaras, sectores) pero hay que estimular la oferta por si los incentivos no son suficientes para salir de la zona de confort de los planes sociales. Siempre los planes dan cierta seguridad. Actualmente el gobierno impulsa la moratoria.
Los programas de beneficio fiscal y descuento de cheques deben llegar de modo más masivo al universo de 800.000 pymes del país.
Se han bajado 5.000 empresas aproximadamente de la base de 15.000 pymes exportadoras (Pymex) a lo largo de los últimos años. En el valor exportado las pymes sólo representan el 10% del total, un porcentaje mucho menor respecto a otros países centrales o emergentes donde las pymes son protagonistas en el comercio exterior. Pensemos España con 150000 pymes exportadoras. Con más razón, es importante recuperar compañías pymes exportadoras. El programa de ventanilla única (VUCE) está orientado al comercio exterior y se estima que su beneficio equivale a una reducción del 10% del arancel del extranjero para introducir bienes en otros países. El impulso del Tratado entre Mercosur y Unión Europea puede ser relevante para el sector que debe aprender a capitalizarlo.
Por último, la situación de la mano de obra es difícil y es clave que exista un régimen razonable que baje el riesgo de las pymes para contratar dada la fuerte litigiosidad. El riesgo laboral es crítico para el empresario pyme. Por otra parte se debe integrar la formación profesional a través de una agencia para darle consistencia a las diferentes iniciativas repartidas en diversos organismos.
El prestigio social de las pymes es elevado y supera la imagen de las grandes empresas e incluso de las multinacionales. El principal desafío de las pymes es entre otras cosas crecer en productividad para lograr una rentabilidad sustentable. A la vez es clave que el costo argentino se reduzca para que sean competitivas estas organizaciones.