La política argentina está marcada por su constante cortoplacismo y el “modo campaña”. La pandemia y el COVID-19 transformaron nuestra forma de vivir, pero en cuanto a nuestro calendario electoral, solo lo retrasó. Luego de varios meses donde hubo teorías conspirativas, danza de nombres y estrategias electorales tenemos los precandidatos para las elecciones legislativas 2021, ahora, la agenda de los políticos parece haber olvidado el coronavirus, para adentrarse en las elecciones.
Desde su génesis en el 2009, las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) tuvieron sus defensores y sus detractores. Su principal razón de ser: poder ofrecer una menor cantidad de listas y más competitivas, sin dudas no se cumplió. Por otro lado, las internas de los partidos son abiertas al total del electorado. Más allá de estos argumentos, algo se demostró en estas listas: las PASO son una herramienta útil…para la oposición. Sobre todo, para JUNTOS POR EL CAMBIO. Básicamente porque hay acefalia en la coalición. La derrota de Mauricio Macri (con el 41%) dejo un lugar en el liderazgo, que ya muchos se postulan o bien, fueron postulados por el propio oficialismo al subirlos al ring, como a Horacio Rodríguez Larreta, acelerando sus aspiraciones presidenciales. En cuanto al oficialismo, el orden y la disciplina tuvieron como resultado listas únicas en todas las provincias, menos Santa Fe (que desató una gran novela).
¿Qué dejaron las listas?
En primer lugar, el Frente de Todos busca dar un mensaje de unidad en la confección de sus listas. En una coalición diversa y desgastada por la gestión, el oficialismo encontró sus candidatos para los principales distritos electorales: CABA; Buenos Aires y Córdoba. Para la líder de esta alianza, Cristina Fernández Kirchner hay una obsesión que es la provincia de Buenos Aires, que concentra el 38% del padrón y además, su principal capital político. Si afinamos nuestro análisis, diríamos que el conurbano es lo que la desvela (casi el 70% del electorado de la provincia en solo 28 distritos). Es allí donde reside el fanatismo por el kirchnerismo y es allí, donde se gesta el poder de Frente de Todos. Los líderes de las listas engloban la identidad y peso de esta alianza. La principal candidata es de Alberto, Victoria Tolosa Paz, el segundo lugar para los K con Daniel Gollán y el tercer lugar para Sergio Massa que lleva a Marcela Passo. Ahora bien, ¿qué nos dice esta elección de nombres? Podríamos decir que no hay una figura de peso para ir a pelear la provincia más poblada del país. (Podríamos hasta hacer una analogía con Esteban Bullrich en el 2017 y su victoria frente CFK). Tolosa Paz, fue candidata a una interna para la intendencia y cayó. Su premio para ocupar este lugar fue su asidua defensa a la gestión de Alberto Fernández durante este año y medio. Por otro lado, aparece una figura que ya se repitió en otros distritos como candidato: un ministro de salud. Al mensaje de unidad que busca dar el oficialismo, la presencia de Gollán es un plebiscito a su gestión de la pandemia. Su inclusión muestra la conformidad del Gobierno contra la lucha frente al COVID-19 en suelo bonaerense. Por último, Marcela Passo viene del ministerio de transporte, el semillero de Sergio Massa y donde reside su poder político en la coalición de gobierno. A su vez, se destacan ministros del Gobierno como Daniel Arroyo y sindicalistas, como Sergio Palazzo. Cohesión y unidad es el mensaje del oficialismo. ¿Ganadores? La siempre influyente Cámpora, Alberto Fernández resistiendo en su puesto a Santiago Cafiero y el peso de Sergio Massa.
Saliendo de tierra fértil para el kirchnerismo, entramos en suelo porteño y cordobés. En cuanto a la Ciudad de Buenos Aires, busca crecer frente al poderío del PRO, buscar un cambio en la gestión y buscar ganar una porción mayor de diputados para mantener el poder en esta cámara. La figura elegida fue el legislador Leandro Santoro, de origen radical, que se ha convertido en el mayor protagonista de la coalición frente a los medios para mostrar los datos del oficialismo con un tono agresivo y frontal, Este “no binario” como se autoproclamo (por su origen radical y carrera en el peronismo) se ganó la confianza de todas las facciones dentro del Frente de Todos. Sera el responsable de polemizar con María Eugenia Vidal para poder hacer una mejor elección en un suelo que no suele ser muy favorable. En cuanto a Córdoba tienen como aliado a Carlos Caserío que se convirtió en un aliado luego del 2019 y busca junto a Martín Gil tener un protagonismo mayor para comenzar a captar votos del peronismo republicano de Schiaretti y Juntos por el Cambio. Por último, en la provincia de Santa Fe es la única provincia que se va a desatar una interna. Agustín Rossi, un histórico del Kirchnerismo vs candidatos de La Cámpora y Omar Perotti.
La estrategia en las listas del Frente de Todos nos deja las siguientes conclusiones:
Una fuerte interna entre La Cámpora y los intendentes históricos del conurbano donde en cada partido en cada localidad habrá una pelea en el conteo de votos para posicionar el mejor candidato de cara a 2023 donde muchos intendentes no podrán realizar reelecciones.
Una idea de éxito en el manejo de la pandemia y una búsqueda a plebiscitico esta gestión. Una estrategia, cuanto menos polémica por la polémica frente a los indicadores que muestran a la Argentina como el país con peor manejo de esta, las muertes, vacunatorio VIP, la ideología detrás de las vacunas y el reciente escándalo de las visitas a la Casa de Olivos.
Del otro lado encontramos a Juntos por el Cambio consolidándose como espacio político. Madurando y fortaleciéndose a la hora de mantener su unidad desde el llano. La principal conclusión que nos dejan estas listas son las siguientes:
Una Unión Cívica Radical que se siente más fuerte y vigorizante frente a un PRO que busca mantener el status quo y liderazgo sobre la coalición. La falta de un líder que aglutine ese 41% de votos del 2015. Un predominio de internas a lo largo y ancho del país. Sin lugar a duda, el principal desafío de este frente será que el conflicto nos lleva a la ruptura y a una interna sangrienta, sino más bien que multiplique y puede aglomerar todas las visiones dentro de este espacio. Coincidencia entre ambos partidos: hay perfiles para todas las miradas e ideologías, ambos frentes se han convertido en “menú a la carta” para su electorado.
Hagamos un breve recorrido por los candidatos que lleva la oposición en los principales distritos del país. En cuanto al jardín del PRO tenemos una interna de dos modelos diferentes. La lista principal, tiene una cara conocida y popular como María Eugenia Vidal que luego de su derrota en suelo bonaerense en 2019 realiza nuevamente su desembarco en la Ciudad de Buenos Aires para buscar a aflorar nuevamente como una candidata competente y exitosa. “Mariu” estará secundada por Martín Tetaz, uno de los “outsiders” que trajo la UCR para fortalecer su espacio ante la falta de figuras propias. El resto de las listas son posiciones para los partidos dentro la coalición o figuras importantes que sacrificaron intereses propios para mantener la cohesión del partido. La Coalición Cívica, siempre una ganadora a la hora de la distribución de posiciones con Paula Oliveto y Fernando Sánchez. A su vez, por el lado de Patricia Bullrich, quien desistió de ser candidata, pidió lugares para: Fernando Iglesias y Sabrina Ajmechet. Del otro lado, se encuentra el entusiasmado e histórico Ricardo López Murphy con una vuelta a la política representando los liberales que buscan ser la sorpresa de esta elección y conseguir el piso del 15% para tener un espacio dentro de Juntos por el Cambio. Bajo el título de republicanos, este espacio tomo fuerza militando por valores tan básicos de la República como la libertad y la propiedad privada. El principal de la oposición es mantener el mayor margen de victoria para acercarse al 62% que tuvo en las últimas elecciones legislativas y poder defender todas las bancas, algo que suena casi utópico.
En la provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas estará linterna que se llevará todas las luces de la opinión pública: Diego Santilli contra Facundo Manes. “El colo”, que representa a Horacio Rodríguez Larreta y al PRO, hace su salto a la inversa de María Eugenia Vidal desde la capital hacia la provincia de Buenos Aires para posicionarse como futuro gobernador de esa provincia. Una acción que no fue muy popular para los intendentes amarillos y los principales referentes de la provincia. En la otra vereda, estará la figura más popular que trae a la mesa la UCR con el aval de Martín Lousteau y Gerardo Morales: Facundo Manes. El neurocientífico busca desembarcar en la política con miras a la presidencia para el 2023. Más allá de representar a la UCR, en su lista no abundan nombres clásicos de los boinas blancas, sino más bien una diversidad de partidos y perfiles como Margarita Stolbizer y Emilio Monzó, quien encontró asilo en esta lista. El comienza de esta interna demuestra que va ser muy conflictiva. Facundo Manes comenzó con un perfil muy agresivo frente a sus competidores de la interna y la pelea escalo hasta los líderes del partido. Al momento, se busca calmar las aguas con un pacto de no agresión. Si Juntos por el Cambio capitaliza toda esta atención y novedad en sus listas, puede ser un gran ganador en la provincia.
Lo que puede conducir a un nuevo error electoral dentro de Juntos por el Cambio es la interna feroz que hay en la provincia de Córdoba. Con un alto grado de popularidad, la oposición no logra hacer listas de unidad. El PRO, la UCR y el independiente Luis juez viven en una constante pelea de egos e idas y vueltas. Esta elección no fue una excepción. Finalmente habrá cuatro listas de la coalición, pero las más importantes son dos con ciertas anomalías en su armado. Candidatos de cada partido están mezclados en cada una de ellas y hubo muchos cambios a último momento. Mario Negri terminó cediendo a la presión e irá como candidato a senador con Gustavo Santos como diputado nacional enfrentando al histriónico Luis Juez junto al hábil Rodríguez de Loredo. Esta puede ser una interna feroz para este partido político con muchos intereses contrapuestos y dónde puede llegar a dejar más perdedores qué ganadores.
Para finalizar esta recorrida llegamos a la provincia de Santa Fe donde habrá el récord de listas de la oposición, con cinco boletas presentando candidatos. Esta provincia ha ido tomando peso político, incluyo en el último tiempo a radicales desencantados con el Frente Amplio Progresista y también, la falta de una figura rutilante y aglutinadora en esta coalición ha hecho que haya esta cantidad de internas.
A su vez estas PASO nos dejan otros puntos interesantes:
La vigencia de Elisa Carrió que sigue acaparando y siendo una persona clave dentro de la mayor coalición opositora. Su mayor mérito es su cintura política para colocar a todos sus delfines en lugares importantes dentro de las listas.
La vuelta de Florencio Randazzo a la competencia en la provincia de Buenos Aires. Los candidatos que buscan la tercera vía parecen comenzar con mucho envión y expectativa pero luego la grieta termina llevando el voto hacia “la utilidad” y no, el deseo de algo nuevo. Aun así, las legislativas siempre son más benevolentes con estos perfiles y pueden obtener mayores resultados. La pregunta es a quien le captura más votos su presencia en esta elección y otra vez nos ayudara a ver cómo afecta que haya dos listas dentro del peronismo. Esta situación, siempre ha favorecido a la oposición.
Estas elecciones nos brindan la presencia de ex-ministros de Mauricio Macri en las listas: Rogelio Frigerio en Entre Ríos, Jorge Faurie en Santa Fe, Hernán Lombardi en CABA. También habrá actuales ministros como Daniel Arroyo, Agustín Rossi y Daniel Gollán.
En cuanto a la izquierda continúa con sus principales candidatos en los distritos y no logró una renovación. No se esperan grandes avances en términos de números electorales para esta fuerza. En cambio, la derecha con personajes más mediáticos como José Luis Espert y Javier Milei busca consolidar su base electoral con una coyuntura que le es favorable para quienes pregonan cambiar el sistema, romper el status quo, etc.
Estas elecciones serán un sprint, una carrera de 100 metros para convocar a un electorado cansado de las votaciones, del sistema político y en medio de una pandemia. El menú que le es ofrecido ya es conocido y no convoca a grandes esperanzas. Lo que se juega en la cámara tampoco es definitorio, dado que no habrá grandes cambios. En cuanto a la Cámara de Diputados, quien tendrá que mantener la máxima cantidad de representantes es Juntos por el Cambio, mientras que, en el Senado, el oficialismo no parece tener los números para llegar a los dos tercios. De cara a los próximos dos años, el ámbito político de CFK estará montado de figuras de peso como Mario Negri y Alfredo Cornejo (si es que son elegidos).
Todo esto sigue sucediendo en Argentina y los políticos deberán buscar soluciones frente al crecimiento de la pobreza que se alcanza a la mitad del país aproximadamente, a la alta tasa de desocupación que ya se encuentra en un 13%, a la inseguridad que azota principalmente al conurbano bonaerense. En términos macroeconómicos, el oficialismo buscará continuar implementando el “plan aguantar” en el avance del dólar e inyectar dinero en la calle para paliar la crisis y la pérdida de poder adquisitivo. Este cocktail económico de decadencia se suma a un esquema de vacunación que no es exitoso y un conflicto geopolítico que ha demostrado a un Gobierno envuelto en problemas que solo ellos se crean.