¿Llegará Alberto Fernández con nafta a las elecciones o se quedará con poco, como Lole en el autódromo?
En el texto de visión internacional queda claro el panorama complejo por la guerra y tasas que fueron bajas mucho tiempo. La guerra va para largo y los efectos en alimentos y energía persistirán. Las cadenas de valor se resienten por el proteccionismo de un capitalismo con fricciones, esto resta eficiencia al sistema. La globalización no va sobre ruedas como parecía en los 90 y tampoco la democracia. No hay fin de la historia como propuso Fukuyama
El Presidente en la Cumbre con guiños al bloque fuera de lo políticamente correcto con cuestiones que atrasan y, sobre todo, que no respetan los derechos humanos.
La crisis no se ha desatado en el país. Estamos lejos de un episodio traumático severo, como tuvimos en el salariazo del 75', el "rodrigazo", en 1989 con la hiperinflación por la inoperancia radical mezclada con el pánico al populismo del escenario menemista, o en el 2002 por la demora en rectificar la ficción del 1 a 1 sin los deberes fiscales hechos.
Se ha complicado el mercado de deuda en la que Guzmán se tenía fe en su primer trabajo no académico, la especialidad de Guzmán ya lleva tres bochazos, deuda privada, negociación con el Fondo muy demorada de dos años y ahora rechazo a bonos que puede complicar el blue, hasta hace muy poco tranquilo y planchado. Es una cotización de pánico en tiempos normales, pero en los episodios de crisis terminal sería bajito, tomó valores de 400 a precios de hoy como argumentó ayer Miguel Broda (de paso aclaramos, este texto se escribió el 16 de junio).
La paz social es cara, no hay desmanes ni saqueos, ni piedras en el Congreso ni muertos como en el final del 1 a 1, pero hay mucho clientelismo y dirigentes políticos, no sociales como Margarita Barrientos, pues tienen de rehenes a piqueteros que cobran planes y pagan un peaje al sistema. Transcurrieron veinte años de este método que sacude la cultura del trabajo por su corrupción y productividad tan baja sumada al corte inconstitucional de la vía pública que el gobierno de la CABA permite para minimizar conflictos muy severos.
El consumo es empujado por la inflación, la gente no ahorra, no puede y va a bienes. Hace unos meses el REM más nervioso y los organismos que lo forman están viendo más complejo el tema inflación. En mi perspectiva, no es la opinión del área de Economía del IAE que no tiene una mirada de consenso sino que respeta el pluralismo, este año cierra en 90% y el año que viene en 110% con bandas de varianza importantes. Cristina Fernández empujará paritarias. Hay temor a devaluar el oficial, que es fundamental para cerrar una brecha insoportable que estimula el deporte nacional de sacarle dólares al Banco Central. El Cepo es un colador, como dice la profesión, y esto va a peor. La idea es importar todo lo que se pueda porque se anticipa la devaluación no deseada por la Vicepresidente y, muchas veces, estimulada por el FMI.
El mercado hará en algún momento el ajuste si el gobierno no lo impulsa. La sociedad espera hasta las PASO. Es evidente la inacción del doble comando e inconsistencias crecientes por parte del Ejecutivo. Hay un tercio de chances que esto termine muy mal con salto fuerte de la cotización blue, caída importante de la demanda de dinero y aceleración de la estanflación en 70%, vamos viendo posible inflación de tres dígitos en el 2023 y recesión leve de 2% el año que viene. El segundo es un escenario de continuidad en el cual el Frente de Todos podrá dar pelea por tratarse de un país peronista desde el 17 de octubre 1945, donde Scioli puede ser un candidato de unidad respetado por gobernadores, sindicalistas y de cero conflicto con Alberto y Cristina por su característica de “vegetal” (SIC) que señaló hace años la Vicepresidente. Scioli, fiel a su estilo, empezó la campaña presidencial la semana pasada y todos los días trabajará en la misma con dudosa preocupación por la agenda de su cargo público.
Con el FMI podrían complicarse las cosas, pero ellos son, en parte, cómplices de esta gestión, en efecto no expresan lo que piensan por reconocer errores propios. Lo mismo ocurre en forma análoga con los sindicalistas que no salen a la calle con caída de 30% del salario real y 40% de pobreza creciente.
La línea natural de CFK para Economía es Augusto Costa. Massa podrá aspirar al mismo cargo si quiere corregir la gran imagen negativa con una buena gestión. Álvarez Agis es atractivo por cercanía al relato del círculo rojo de una persona que fue el 2 de la administración del cepo y de las falsedades en el INDEC, dirigiendo el deterioro de la política económica que denunció Kulfas albert hace muchos años en su libro Los tres kirchnerismos.
El triunfo de Larreta o Bullrich con mayor probabilidad pero falta muchísimo, es para Cambiemos con la oportunidad histórica de enmendar el fracaso de la primera gestión por la gran estanflación, y para poner al país en la agenda en línea con casi todos los países de la región que están buscando un capitalismo con sentido social. Gran desafío porque la herencia será tremenda. Será un éxito llegar al 2027 con 35% de inflación sorteando los vencimientos crecientes del programa del FMI. El 98% del problema es político, la receta económica sin rumbo político es intrascendente. Para adelante, esperanza porque los pobres son los que más sufren con el modelo inflacionario que no crea puestos formales desde el año 2010 y van a reaccionar esta vez contra el populismo con más fuerza. Crecerá la izquierda como en la elección de primer término que fue la tercera fuerza y también los liberales. Para las empresas ponerse el casco. Errores no muy grandes pueden, como dice Kiguel, espiralizar la inflación como ya nos pasó.