La corrección de las distorsiones de precios relativos y el exceso de pesos mantendrán alta la tasa de inflación durante los próximos meses. Ha acertado el presidente electo en adelantarle a la población que habrá meses duros por delante.
La normalización de la cosecha generará un alivio, pero no es suficiente para normalizar rápidamente el exceso de deuda comercial por las demoras en los pagos de importaciones de bienes y servicios, permitir el giro de dividendos al exterior pendientes de pago, recuperar reservas en el BCRA y atender los pagos de deuda financiera. De allí que sea necesario mantener el cepo por un tiempo, a menos que se consiga financiamiento adicional del resto del mundo.
En el mercado de pesos, la emisión para el Tesoro se suma a otras fuentes de aumento de la oferta monetaria como la compra de divisas para acumular reservas o pagar deuda del gobierno nacional. Si se elimina el déficit fiscal y se aleja la dolarización, el señoreaje podría permitir cubrir las otras dos fuentes de emisión. Eso sentaría las bases para un plan de estabilización que seguramente daría incentivos para que los depositantes en pesos se queden dentro del sistema, reduciendo los problemas que pueden generar las Leliq.
La agenda de desregulación y apertura de la economía es muy importante para dar señales a la inversión productiva de cambio de régimen. Ello requiere pasar de un esquema donde la rentabilidad depende más de los contactos con el gobierno a uno en el cual dependa más de la capacidad de las empresas de innovar y responder mejor a las demandas de los consumidores.
En suma, asegurar la solvencia fiscal y adoptar pasos concretos hacia la eliminación de las trabas anti inversión, como el régimen cambiario actual, son las claves para dar una señal contundente de cambio de régimen.