- El contexto monetario nacional se enfrenta a un aumento de tensiones vinculadas con las necesidades financieras y la ausencia de definiciones de política. La política monetaria está sujeta a presiones derivadas de la incertidumbre local lo cual conforma un espacio complejo para estabilizar el mercado cambiario.
- El Poder Ejecutivo y la política monetaria deberán gestionar la resolución de la inestabilidad cambiaria para evitar desalineamientos no esperados. Identificar los instrumentos de estabilización cambiaria y establecer una agenda económica son aspectos esperables para estabilizar las expectativas económicas.
Resumen
- El escenario monetario nacional comienza a exponer con mayor énfasis que las necesidades financieras del sector público en el marco de una economía principalmente en confinamiento pueden tener efectos de desalineamientos de objetivos.
- El accionar de política fiscal anticícla que demanda la coyuntura pone en evidencia el deterioro previo de la economía nacional, especialmente desde la dinámica inestable del financiamiento del déficit fiscal primario.
- Nuevamente, el desafío que se presenta en la segunda instancia de esta crisis, fundamentalmente para los países emergentes, es contener los efectos no deseados de las medidas tomadas relacionadas con el financiamiento de las transferencias al sector privado.
- La política fiscal y monetaria deberán converger en un marco de coordinación y mayor certidumbre a pesar de la dinámica de la actividad económica. Los desalineamientos por presiones cambiarias pueden ser de mayor escala por las indefiniciones que se evidencian desde la política económica.
- El Banco Central sostiene el nivel de tasa de interés de política en 38%. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%. Siendo el nivel más bajo desde mayo de 2018.
- Durante el mes de agosto el tipo de cambio minorista mostró variaciones en el segmento formal registrándose una depreciación del 2,3% respecto de julio. Esto en un mercado que evidencia la necesidad de correcciones al observar el mercado informal.
- Mientras que las tensiones observadas en el mercado cambiario informal conformaron un nivel más alto de cotización durante agosto la cual se estableció en los $/U$S 136.
- El riesgo país medido por el EMBI+Arg se establece en los 2142 p.b. durante la última semana de agosto lo cual representa una disminución desde los 2263 del último día de julio.
- El escenario monetario nacional se encuentra esencialmente restringido a las necesidades financieras del sector público con una economía principalmente en confinamiento. Esto expone la inestabilidad de recursos de la economía y los potenciales efectos negativos en la meta de tranquilizar a los mercados.
- En forma evidente la persistencia de los desequilibrios monetarios y financieros históricos de la economía argentina acentúa las tensiones que se presentan en una coyuntura de gran contracción. Esto se observa en dificultades de la gestión de la cuarentena y en los recursos que la economía dispone para ello. Es esperable que en política económica se presente un programa de estabilización consistente distinto a los históricamente gestionados. En ese sentido, el acuerdo político y social será un factor sustancial.
- Para ese objetivo, la política fiscal y monetaria deberán converger en un marco de coordinación y mayor certidumbre a pesar del contexto de actividad económica de gran retracción. Pues, los desalineamientos por presiones cambiarias pueden ser de mayor escala debido a las indefiniciones que se evidencian desde la política económica.
- Es importante destacar esos aspectos debido a que la profundización de la ventanilla de emisión monetaria como único prestamista del sector fiscal debe tener límites definidos. No obstante, el sesgo inflacionario de la economía argentina puede generar fuertes desalineamientos de precios y tipo de cambio.
- La expansión monetaria registrada desde el comienzo de la cuarentena social se expande significativamente. Esto generó que el financiamiento desde el Banco Central a través de adelantos transitorios y transferencias de utilidades ascienda al total de $ 1.280.000 millones, lo cual representó un 231% del monto total de todo el año anterior.
- Por lo tanto, es crucial minimizar las tensiones sobre el tipo de cambio no solo por los efectos directos sobre la cotización, sino que la demanda de dinero nacional no debe caer abruptamente para evitar generar una situación de mayor fragilidad monetaria.
- La depreciación nominal del cierre del mes de agosto fue 2,3% con una cotización promedio de $ 78,17, aunque luego del impuesto País la cotización efectiva resulta en $ 101,6.
- Sin embargo, en el mercado informal continúan registrándose tensiones por el contexto de incertidumbre de política económica y los menores rendimientos de la moneda nacional derivado de la disminución de tasas de referencia. La cotización informal marco su máximo histórico en agosto, cerrando en los $/U$S 136.
- El saldo de reservas internacionales promediando el mes de julio fue US$ 42.983 millones, lo que implicó una disminución en U$S 403 millones respecto al cierre de julio. Las restricciones cambiarias y las regulaciones de liquidez siguen constituyendo un factor favorable pero temporal para que la entidad monetaria pueda sostener el nivel de reservas brutas.
- Por otro lado, las reservas internacionales netas totalizan los U$S 9.348 millones al cierre de agosto. Esto es, descontados las asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras.
- El nivel de tasa de política monetaria de agosto se mantiene sin cambios respecto del mes anterior. En el cierre del mes de agosto se situó en 38% anual desde el 63% que había dejado la gestión previa, es decir, una acumulación de 25 puntos de recorte en el rendimiento de las LELIQ. A su vez, el nivel de tasa efectiva se estableció en 45,44% anual.
- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia la última semana de agosto registra 2142 p.b. Esto nota una disminución de 5% respecto de fines de julio. Si bien es un indicador de gran volatilidad, sigue acusando los efectos adversos sobre el lado real y financiero de la economía doméstica.